Aunque es una palabra tan corta, a las personas les cuesta mucho aplicarla sin sentirse culpable con la decisión que han tomado, y es que no se trata de negarse todo el tiempo a ayudar o ser empáticos con los demás, el problema es que hay una línea muy delgada entre ayudar al otro y que este abuse de la buena voluntad de la otra persona, por eso hay momentos en los que es necesario decir NO, sin sentir culpa.
Cuando alguien llega y solicita algo, la persona ya sabe si lo va a aceptar o no, el problema es que no se atreven a expresarlo, sin embargo, el negarse, tiene muchos beneficios, entre ellos, se gana respeto, seguridad y autoconfianza, por eso, presentamos los consejos que se necesitan y que se deben seguir para aprender a decir NO sin sentir culpa.
Entrena: Seguramente tarde que temprano se presentará una situación en la que se tenga que decir que NO por ello es importante entrenar frente a espejo y repetir la siguiente frase: Lo siento, no lo haré.
Fuera el miedo: Generalmente las personas aceptan por miedo a perder su trabajo, los amigos, por quedar bien con los hermanos, etc., sin embargo, una negativa no tiene por qué ir acompañada de un castigo, cada vez que aceptas algo sin quererlo, se pierde autoconfianza y autoestima.
Lenguaje corporal: Cuando se vaya a decir no, se debe de mirar a los ojos, mantener brazos y manos firmes, no jugar con objetos y no cruzar los brazos sobre el pecho.
Asertividad: Es encontrar el equilibrio entre ser agresivo y ser pasivo, cuando se dice que NO, este debe de ser un NO rotundo y controlar los impulsos para decirlo de una forma clara y calmada.
NO, sin opciones: Se debe ser firme y evitar acompañar el NO de las siguientes palabras: Creo que no, me parece que no, seguramente no, de momento no y no pero
Evita usar la expresión “es que”: Una vez que se ha dicho NO, evita usar la expresión “Es que”, si se hace, lo único que se estará demostrando es inseguridad, entonces lo único que hay que decir es NO y nada más.
Discúlpate: Pero solo lo necesario. Después de decir NO, da una disculpa asertiva, por ejemplo: “Siento tener que decir que NO a tu propuesta” o “Lamentablemente la respuesta es NO”.
Aceptar que no puedes con todo: Si siempre aceptas todo lo que te piden, entonces tu vida pasa a segundo plano porque se estará ocupado ayudando y dedicando gran parte del tiempo a satisfacer los deseos y necesidades de los demás.
Al principio será difícil pero no hay que dejar de practicar, se ahorran muchos problemas, y habrá más tiempo para invertirlo en actividades y necesidades personales que devolverán la paz, la seguridad y la autoestima.