En el ámbito laboral, por ejemplo, encontramos la titulada "Controlar los arrebatos", en el que nos damos cuenta de la importancia de no contestar nunca al instante un correo electrónico "en caliente" tras un arrebato de ira o puede volverse contra nosotros. O que en una entrevista de trabajo, frente a la pregunta sobre nuestros defectos, debemos responder "A veces soy demasiado impaciente" ya que nunca hay que parecer perfecto.
A la hora de negociar un acuerdo es importante que en toda negociación debe dejar la sensación de que las dos partes se han puesto de acuerdo en una solución intermedia entre los intereses enfrentados y nos lo ejemplifica con una solicitud de aumento de sueldo.
Pasando al ámbito afectivo, aprenderemos como sobrellevar una derrota (una despedida valiente gusta, una despedida desesperada no) o que el escuchar con paciencia vence sobre la charla irreflexiva. Que es mejor mostrarse moderadamente modesto y que hay que saber abandonar las fiestas en el momento justo. Hablando de fiestas, una de las citas más interesantes es sobre el alcohol: "Uno vive aletargado en estado sobrio y por eso la bebida es un vicio tan peligroso: despiertas estados de ánimo que estaban adormecidos en nosotros".
Realmente, estás leyendo y subrayarías entero el libro, así que os recomiendo tener a mano una libreta.
Para terminar, os adjunto un extracto del capítulo "Cultivar buenas maneras":
Para describir la sociedad moderna, el filósofo Arthur Schopenhauer contó la historia de los puercoespines: en un frío día de invierno, los pobres animalillos se apiñan entre sí, pero, tan pronto como se acercan, se hieren unos a otros con sus temibles espinas. Si se separan, corren el peligro de congelarse de frío. Sólo alcanzan un estado razonablemente satisfactorio cuando encuentran una «distancia justa» entre ellos. Evidentemente, en esta pequeña fábula los puercoespines somos los humanos, que sólo soportamos nuestros odiosos caracteres si nos mantenemos a una «distancia intermedia».