Después de todos los pormenores que surgieron durante la concepción de la primera película de Ant-Man, incluido el abandono de la dirección por parte de Edgar Wright (Scott Pilgrim contra el mundo) que supuso un varapalo importante, no se puede negar que aquella primera parte salió muy bien parada tras tantos cambios de equipo y retoques de guión.
Peyton Reed, director especializado en comedias románticas como por ejemplo Separados o Di que sí, no pareció la mejor opción de buena a primeras, pero finalmente salvó la película. Aunque sigo pensando que en manos de Wright habría sido mucho mejor, la primera entrega del hombre hormiga me entretuvo de lo lindo. La recaudación mundial de más de 500 millones de dólares frente a un presupuesto de 130 millones, dejaba bastante claro que antes o después tendríamos secuela directa.
Ant-Man y la Avispa sitúa los acontecimientos después de la intervención del personaje en los hechos acontecidos en Capitán América: Civil War, de hecho lo utilizan como impulso argumental principal para afianzar la relación entre Hope y Scott. Desde luego la factoría Marvel/Disney está haciendo un buen trabajo conectando personajes y universos con mayor solidez en cada nueva película que estrenan.
Mientras Scott lucha por mantener un equilibrio entre su vida hogareña y sus responsabilidades como Ant-Man, se enfrenta a Hope van Dyne y al Dr. Hank Pym con una nueva misión urgente. Scott debe volver a ponerse el traje y aprender a luchar junto con La Avispa mientras el equipo trabaja en conjunto para descubrir secretos del pasado.
En esta secuela el guión lo firman, principalmente, los guionistas de Spider-Man Homecoming, Chris McKenna y Erik Sommers, apostando más claramente por cuotas de humor mucho más remarcado a lo largo de todo el film. Y aunque en algún momento su nivel humorístico se me antoja un tanto infantiloide, no me ha parecido fuera de tono con la esencia del personaje y la historia, que aunque tira por lo dramático, no predomina por encima del humor.
Ant-Man es un producto menor cuando hablamos de pretensiones, algo que quedó claro en la primera entrega y aquí se reafirma como un simple y llano divertimento bien construido. Entre el equipo de guionistas se vuelve a contar con la inestimable ayuda de Paul Rudd, el actor que da vida a Scott/Ant-Man, Andrew Barrer y Gabriel Ferrari, pero ya no contamos con Joe Cornish (Attack The Block), quizás esta ausencia es la que haya repercutido en un tono un poco más jovial. A pesar de todo, el tramo final (aproximadamente media hora) l, me ha parecido tremendamente intenso.
En cuanto a los efectos, pues siguen siendo muy notables, incluso, algo superiores a lo visto en la primera entrega. Los personajes cumplen perfectamente su cometido, tanto Evangeline Lilly (Lost, El Hobbit: La desolación de Smaug) como Paul Rudd se complementan perfectamente en su faceta humana como en la de superhéroes.
Como suele suceder en las segundas partes, por un lado, ambos se han hecho plenamente con las riendas del personaje y eso se nota en los resultados. Además, ya no requiere presentación alguna del personaje, con lo cual, hay cabida para momentos más centrados en la acción. En su faceta humana, Hope y Scott tienen el inclusivo romance que suelen exigir las productoras, pero que no patina ni es empalagoso en absoluto.
A Michael Douglas (The Game) se le ve mucho más seguro de sí mismo esta vez en el personaje del Dr. Hank Pym y la inclusión de Michelle Pfeiffer (Batman vuelve) a nivel de historia es la misión principal, pero su presencia es casi anecdótica, motivo por el que es difícil valorar su interpretación, cumple pero no destaca en absoluto. En personajes secundarios, Michael Peña, David Dastmalchian y T.I ponen la mayor nota de humor infantiloide del que hablaba más arriba, por suerte, no me llega a desentonar en absoluto con el tono general que tiene la secuela.
En resumen, igual de entretenida que su predecesora y con las ventajas de las segundas entregas, el ahorro de presentación de personajes da lugar a una mayor concentración de secuencias de acción dinámicas y muy bien ejecutadas, sobre todo, en el tramo final. Y como siempre, no os perdáis la escena post-créditos, os dejará con el culo torcido si habéis visto lo más reciente de Marvel.