Este contraste se originó en la creencia de que toda mujer atractiva constituía una peligrosa seducción del espíritu y del cuerpo. A partir de estas premisas, que se basan ampliamente no solo en la biografía del director, sino que también lo demuestran sus películas, es evidente que la película no puede escapar a una interpretación que vaya más allá de estos hechos biográficos.
Suspenso, drama, fetichismo, eso y más es esta película
El director inglés quizás trabajó toda su vida en estos temas, algunos imaginan que la técnica del suspenso, tan querida en el desarrollo de sus películas, no fue más que la solución al conflicto que le preocupaba profundamente; No es causal que dijera que el suspenso es como una mujer.
La trama y la profundidad de los personajes, el suspenso que crea esperar a saber si Judy es Madeleine o es una réplica fantasmal de ella, el fetichismo de Scottie que obliga a Judy a una falsa metamorfosis para parecerse cada vez más a la inolvidable Madeleine que se refiere al eterno tema de la doble de Madeleine y al virtuosismo del rodaje.
Sobre todo los encaminados a plasmar el efecto de la acrofobia que sufre el protagonista, son temas conocidos por los fans del director, pero en esta película parecen amplificados, enfatizando la fuerte tensión erótica que reina en la historia. Este perfil particular que en otros lugares parece pertenecer al trasfondo de la historia, inundado, por la rigidez y el desamparo de Jeff.
Hitchcock definió Vértigo como Sexo Psicológico
En Vértigo los temas adquieren tonos y formas diferentes a Marnie: La Ladrona y Encadenados. Hitchcock definió el fetichismo de Scottie como sexo psicológico, que empuja al personaje a recrear la imagen sexual imposible y a su vez al deseo de irse a la cama con una mujer muerta, traduciendo así esta obsesión en necrofilia.
La complejidad objetiva de la construcción, que se siente desde las primeras secuencias, quizás no ayudó a la película que fue entendida tanto por la crítica como por el público mucho después de su estreno, pero por otro lado constituye un ejemplo casi paradigmático de la rica estructura que a menudo se vuelve secreto en las historias contadas por Alfred Hitchcock.
Un cine que se puede disfrutar como objeto común de consumo, aunque de calidad superior, o mediante el desciframiento de códigos internos, siempre espejo de una conciencia inquieta, como secretos, miedos que en el relato cinematográfico, una práctica muy liberadora, incluso expresan su propia fuerza espectacular y se transforman en un antidoto para las almas que sufren.