-Marcus… eres tú?
-El mismo que calza y viste.
Admito que me quede de piedra, era como ver a Jesucristo sentándose en mi mesa, claro está que en este caso no sería Jesucristo sino más bien el mismísimo Satanás.
-Veo que te ha dejado sin habla
-Pues no veo que más puedo hacer cuando a uno se le aparece un muerto.
El rió educadamente mostrando esa dentadura perfecta que le había costada muchos miles de dólares y que ahora mismo solo le quería romper.
-Siempre tan ocurrente mí querida Avril.
-Querida un cuerno, y si me has sorprendido créeme que no ha sido gratamente.
-Qué triste lo que me dices, pensé que traería buenos recuerdos verme nuevamente.
-Y como piensas que me traerás buenos recuerdos si la última vez que te vi, o eso creí, estabas en un ataúd mientras te bajaban a la tierra.
-Ah, eso! Pido disculpas por todo ese enredo, he tenido que solucionar unos asuntos mientras estaba bajo perfil y fue la solución temporal.
-Hacerte el muerto fue tu solución temporal? Pero que corto de mente eres la verdad. Y sabrás ya que me importa un pepino tus asuntos, para mi sencillamente sigues estando bien muerto. Así que si me disculpas…
Me levante de prisa mientras tomaba mi cartera y sacaba los billetes para pagar el desayuno, pero el fue más rápido que yo y arrojo el pago sobre la mesa.
-Yo invito.- Me dijo y sentí que la sangre me hervía.
Tome el dinero de la mesa y se lo arroje en la cara, las personas cercanas a nuestra mesa se voltearon para ver el espectáculo.
-Querrás decir que pagas con mi dinero, Miserable.
-Creo que estás perdiendo un poco los estribos, ven yo te acompaño a…
Me tomo del brazo y justo entonces me deshice de su mano como si fuera una serpiente venenosa quien me tocaba.
-Contigo al único lugar al que pienso ir es al tribunal a ver cómo te meten tras las rejas
.
Me fui prácticamente corriendo del lugar con todas las miradas de la terraza puestas sobre mí, cuando entre al auto y puse las manos en el volante estaba temblando como un papel de la rabia.
Marcus había sido mi esposo, aunque me vea muy joven para haberme casado así fue!, pero repentinamente unos meses después de nuestro matrimonio murió en un accidente de tráfico, o así nos los había hecho creer a todos. Yo había visto como había quedado su carro totalmente destrozado y no me permitieron ver el cuerpo por lo irreconocible que había quedado.
Su funeral fue a ataúd cerrado, y aquella había sido la última vez que había sabido de él. Hasta unos meses después cuando una transacción de mi cuenta bancaria me había tenido que llevar a las oficinas del banco y había estado a punto del infarto cuando me indicaron que mi esposo había ido vivito y coleando a retirar el efectivo a esa sucursal.
Finalmente todo había salido a la luz y había tenido que pasar por el peor momento de mi vida, había sido una misión casi imposible demandar a tu esposo muerto de desfalco cuando los bienes era de ambos y cuando primero debías demostrar que nunca había muerto.
Había perdido mucho dinero, tanto en el pago de abogados como lo que él me había robado. Lo último que había sabido es que tenía una orden de retención internacional por que había salido del país, y así pasaron 5 años sin saber nada de él, hasta esta mañana.
Había llegado a casa para devolver todo el desayuno, la casa ya estaba en perfecto orden, los chicos de limpieza habían hecho lo suyo, lo que les agradecí enormemente ya que no estaba de ánimos para lidiar con algo más.
Pase el resto de la mañana metida en mi mejor pijama trabajando en el diseño del Lobby del Hotel, tratando de ocupar mis 5 sentidos en algo que me mantuviera conectado con el presente evitando las manos frías de los recuerdos.
Pasada las 3 de la tarde recibí una llamada de la recepción del edificio, había un caballero en la puerta esperando por mí, al principio debo confesar que me puse fría al pensar que era Marcus pero luego el vigilante me indico que el sujeto parecía intimidante que si lo necesitaba llamaba a la policía.
Entonces el alma me volvió al cuerpo, Marcus a pesar de ser un lobo estaba enfundado en la piel de una oveja, por lo cual no era para nada intimidante.
-Déjelo pasar.
Fue lo que tuve que repetir dos veces y tranquilizar al vigilante quien me repitió que si necesitaba ayuda no dudara en llamarle.
Cuando abrí la puerta sabía que Alan estaría del otro lado, no conocía a una persona más intimidante que él, dejando afuera obviamente a la Bestia y todos esos matones.
-Como conseguiste mi dirección?
-La dejaste escrita en la ficha de inscripción.- Me respondió con una media sonrisa de esas que me derretían.
-Venga pasa o te piensas quedar allí toda la tarde.
-No sabía si me dejarías entrar, pensé que me tirarías la puerta a las narices.
-No es de mi gusto hacer estas cosas
-Pues gracias.
-Simplemente le fuera dicho al vigilante que no te dejara pasar.
El me miro cerrando los ojos y yo eche una carcajada al ver su cara.
Yo fui a traerle algo de tomar y él se quedó embelesado observando la decoración de la casa.
-Bonito nido el que tienes.
-Gracias, esta pajarita tiene buenos gustos.
Nos sentamos en el gran sillón de la sala unos segundos en silencio sin saber que decir.
-Venga dime, a que has venido.
-Porque he tenido que venir a decirte algo? Tu siempre vas a mi casa sin ningún motivo.
El me sonrió y yo negué con la cabeza.
-Tu casa es un gimnasio, entra allí mucha gente.
-No es escusa.
-Ya, vale, habla de una vez.
Él se levantó del sofá y se sentó frente de mí en la mesa del centro, quedando a solo unos centímetros de mi rostro. Paso su mano suavemente por el borde de mi cara golpeada, y luego me miro directamente a los ojos, de una forma que me hizo recordar la primera vez que lo había conocido, como si estuviera a cientos de kilómetros de allí.
Luego parpadeo y se alejó un poco.
-Vengo a disculparme, todo lo que ha pasado ayer en el Gimnasio ha sido culpa mía y estaba muy equivocado al pensar que no estabas lista, la verdad no ha sido cuestión de estarlo o no, no quise que te sintieras mal cuando lo dije.
-No sé de hablas, no me ha afectado para nada.
-He visto tu rostro cuando te lo dije, sé que te ha dolido, y realmente no era esa mi intención, no solo porque no he querido herirte sino porque no es lo que creo.
-Venga Alan no te pongas melodramático, no ha sido nada, como has dicho ya se me ha bajado la inflación.
Y me toque el ojo morado como quitándole hierro al asunto pero el inmediatamente atajo mi mano en el aire y la cerro suavemente en su puño.
Se sentía bien su mano sobre la mía.
Nos quedamos unos segundos allí viéndonos a los ojos. Entonces el susurro a solo centímetros de mi boca.
-Avril no sé qué me sucede cuando te tengo cerca, solo sé que me dan ganas de estar más y más…
Y no pude oír lo demás pues algo escandaloso comenzó a sonar rompiendo el hechizo del momento, me tomo unos segundos darme cuenta que demonios estaba haciendo ese ruido. Alan se alejó de mí y se levantó incómodo.
Luego de una ardua lucha con los cojines del sillón conseguí el teléfono y respondí bastante molesta.
-Que sucede?
Levante un dedo hacia Alan para pedirle que me diera un momento y no se retirara.
-Pero mira quien tiene mal humor hoy.
-Mamá?
-Si a quien más esperabas escuchar?
-De verdad no tenías otro momento para llamarme- Dije en un susurro dando la espalda a Alan.
-Pues no, yo también tengo cosas que hacer y no puedo sincronizar mi agenda con la tuya.
Respire lentamente mientras escuchaba su cháchara.
-Te he llamado de tarde porque el otro día me has colgado, ya sé que era un poco temprano, pero ya vez, ni de mañana ni de tarde…
-Mamá por favor dime de una vez lo que me tengas que decir, estoy ocupada ok.
Escuche un breve silencio al otro lado del teléfono.
-Bien. Te he llamado por que he tenido hoy un problema con la tarjeta de crédito.
-A que te refieres con un problema?
-Pues no lose, estaba en el spa recibiendo un tratamiento de rejuvenecimientos de esos divinos que nos hicimos una vez en Cancún, si recuerdas? Con aromaterapia y…
-Si mamá, si lo recuerdo, entonces que paso con la tarjeta
-Bueno que al terminar la chica me dijo que tenía una estupenda promoción de manicure y pues ya sabes como soy yo con las ofertas así que lo incluí a la cuenta, pero cuando fui a pagar la tarjeta me salió rechazada.
-Te ha dicho la chica porque te ha rechazado la tarjeta el punto? pregúntale si ha sido un error del punto de venta.
-Por favor Avril que se yo de esas cosas, el punto es que es mi tarjeta, he llamado al banco y me han dicho que la he sobregirado. Venga hija ven lo antes posible que estas mujeres me están mirando con cara de ladrona
Cerré los ojos al instante que comencé a sentir un dolor de cabeza.
-Vale mamá, ya voy para allá.
Mi madre me pasó la dirección del Spa, le pedí al pobre Alan me diera unos minutos para cambiarme mientras le echaba un último vistazo sin que él se diera cuenta, con melancolía.