Un amigo vino a a chusmear la caravana y a despedirnos a eso de las 19.30 hrs. Estábamos eufóricos, faltaban minutos para comenzar la que podía ser la mejor aventura de nuestra vida. La caravana preparada: las maletas, la comida, las tablas de esquí, todo en orden. 5 personas comientes como osos en un sitio tan reducido, con percepciones de orden y limpieza diferentes... ¿Qué podría salir de ahí? lo contaré sobre la marcha, nunca mejor dicho.
Comenzamos tarde a recorrer el Port dEnvalira hacia Pas de la Casa, un puerto de montaña que ya nos es muy familiar porque pasamos por ahí cada escapada que hacíamos a Francia. Es una carretera llena de curvas, pero con unas vistas increíbles a las pistas de esquí y al sector de Grau Roig (por no pagar el peaje del túnel, todo sea dicho). Qué extraño se me hacía ir sentada en el lateral, con una mesa delante y vistas a una ventana lateral. Mis dos compis viajeras sentadas al lado en un sillón, como si estuviésemos en el salón de casa. Y luego estaban los chicos que empezaron siendo los conductores. Cosas de autocaravana.
Las vistas desde el puerto de montaña y el atardecer... ese cielo naranja y rosado que iluminaba la poca nieve que quedaba en las cimas, en un momento tan inolvidable como fue nuestra primera hora en autocaravana, con esas vistas preciosas a la montaña, esos colores... y mi compi preparando un mate en la mesa del salón mientras conversamos como si nada, como si no nos estuvieran esperando dos semanas de viaje por los Alpes ¿Qué extraño no? y qué maravilla.
Atravesamos el Pas de la Casa, un pueblo que tenemos medio harto, pero desde la autocaravana y con dos semanas de aventura por delante, todo se ve diferente. Cruzamos también la frontera y entramos ya a la parte del Pirineo Francés cuando ya estaba anocheciendo. Parada técnica cuando no llevábamos ni dos horas conduciendo, pero ya no hay prisas por llegar a ningún lado. Estábamos oficialmente de vacaciones y ya había empezado la ruta.
Recorrimos unas tres horas más para acortar la distancia al día siguiente hasta nuestra primera parada en Francia: Annecy, a los pies de los Alpes Franceses.
1º parada: También teníamos que encontrar un lugar donde aparcar la caravana y dormir. Siguiendo las recomendaciones de la app Park4night que decía que todas las estaciones de servicio eran peligrosas al Este de Francia porque te podían robar, no había consenso donde dormir. Mientras tanto, nuestro chef Iñaki se preparó unos perritos calientes para cenar en una mesa de picnic que encontramos bajo el bosque, cerca de la gasolinera. Abrimos un par de botellas de vino en la oscuridad y disfrutamos del silencio que nos brindaba esa noche, a la luz de las luces frontales que nos compramos una semana antes del viaje.
En esta gasolinera ya tuvimos nuestro primer percance: tuvimos un pequeño accidente donde casi perdemos a un viajero y además rozamos la autocaravana por el lateral (adiós a la fianza pensamos), aunque el viaje no había hecho más que empezar y no podíamos venirnos abajo ya; era demasiado pronto. Este percance no nos podía arruinar el viaje. Respiramos hondo y colocamos la autocaravana en un lugar donde dormir tranquilo, cerca de la gasolinera.
Por ahora centrémonos en disfrutar y ya veremos como solucionamos este accidente. Ahora nos toca afrontar nuestra primera noche en la autocaravana, la mitad del equipo convencido que íbamos a ser saqueados por vándalos de carretera. A mi me preocupó más haber olvidado una almohada cómoda, así que tuve que apañarme con mi abrigo hecho una pelota en las próximas dos semanas.
Yo y una compi dormíamos en lo alto de una cama eléctrica que aparecía y desaparecía pulsando un pequeño botón ¡la magia de las autocaravanas!. A simple vista parecía bastante más incómoda de lo que realmente era.
Era muy tarde así que nadie tuvo problema para quedarse durmiendo. Así terminó nuestro primer día de aventura. Parecía increíble pero al día siguiente ya estaríamos en plenos Alpes!! se viene lo mejor...
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