Ya os avanzamos que los del equipo no somos, en absoluto, amantes del género de comedias románticas de y para adolescentes, pero el revuelo que levantó este agosto el estreno en Netflix del drama “A todos los chicos de los que me enamoré”, basada en una novela homónima de Jenny Han publicada en 2014, hizo plantearnos seriamente darle una oportunidad.
Como quien no quiere la cosa la oportunidad le llegó hace unos días, así que, tomamos asiento en nuestro sofá, arrancamos Netflix y nos pusimos a verla.
“A todos los chicos de los que me enamoré” empieza presentándonos a su protagonista, la adolescente Lara Jean Covey (Lana Condor). Lara es una joven apasionada de la lectura que vive con sus dos hermanas, una mayor y otra menor que ella, y su padre, un abnegado ginecólogo que acaba enviudar recientemente.
Lara es una chica totalmente normal, casi transparente en la escuela y siempre a la sombra de su hermana mayor Margot en casa, de hecho, tan a la sombra que incluso siente algo muy especial por Josh, el novio de esta. Todo cambia cuando una noche Margot confirma en familia que se va a la universidad dejando la casa y a su novio. Un pequeño caos se apodera de Lara, quien de la noche a la mañana pasa a ser la hija mayor de la casa.
Como es totalmente incapaz de expresarle a Josh lo que siente, Lara le escribe una carta de amor, la ensobra y cuidadosamente la guarda en una caja junto con otras cuatro cartas a otros chicos de los que también se había enamorado en algún momento.
Por un inesperado acontecimiento, las cinco cartas guardadas celosamente por Lara acaban llegando a sus destinatarios enterándose cuando uno de ellos, Pete Kavinsky (Noah Centineo), el tío bueno del instituto sale a su encuentro y se la enseña. Presa de los nervios ante Pete, Lara ve acercarse a Josh con su carta en las manos y en un arrebato, Lara besa a Pete apasionadamente.
Como quien no quiere la cosa, Lara y Pete llegan a un acuerdo, con contrato por escrito incluido, de simular ser novios, para así, poder poner celosos a los ex respectivos (bueno, en el caso de Lara, los otros 4 receptores de sus cartas, sobre todo a Josh).
A partir de ahí, Lara y Pete se convierten en la pareja de moda en el instituto, van a fiestas, se pasean juntos e incluso, van a una excursión de fin de semana en la nieve, aunque claro, quizá, ha llegado ya el momento de cortar el desarrollo argumental y mantener el desenlace en secreto.
Lo que sí os contaremos será nuestra percepción más técnica, y lo haremos empezando por las interpretaciones, de las que resaltaremos en especial Lana Condor y a Noah Centineo, dos actores que pese a sus diferencias consiguen una química bastante especial, haciendo sus personajes más creíbles de lo que es habitual en las comedias romanticas de adolescentes.
Técnicamente, no podemos decir que con “A todos los chicos de los que me enamoré” estemos ante una película original, es más, no deja de ser una historia más del descubrimiento del amor entre adolescentes americanos, tan plana y poco sorprendente como la mayoría de títulos del género, aunque eso sí, los miembros de este equipo queremos reconocerle a “A todos los chicos de los que me enamoré” su apuesta arriesgada por llevar esta manida historia con varios puntos originales, el primero de ellos, el juego de las cartas, el segundo punto, la diferencia de razas entre los protagonistas y el tercero, que ninguno de sus protagonistas encaja en el canon de sex-symbol adolescente, aunque todos evolucionan con el único objetivo de ser felices.
Con todo, consideramos a “A todos los chicos de los que me enamoré” como una buena opción para disfrutarla una velada en la comodidad del sofá y acabando con un buen sabor de boca. Por todo ello, nuestra nota final es de un 6 sobre 10.
Título original: “To all the boys Ive loved before” - 2018 – USA
Dirigida por: Susan Johnson
Duración: 99 minutos
Género: Comedia, Drama romántico, Adolescencia