Al parecer, nunca llegó a cumplir las funciones de un castillo y tampoco las estratégicas como fortaleza. Dicen que su construcción deriva de la creatividad de un rey (Luis II) un tanto fantástico. Y vaya si lo consiguió pues parece como sacado de un escenario de una obra de teatro. Se trata de uno de los lugares más famosos de Alemania y más concretamente: el más visitado y el más fotografiado. Pero desde mi punto de vista, lo más interesante es que en torno a él surgen historias de lo más curiosas. Seguid leyendo, si os apetece conocerlas. Estoy segura de que más de una, os dejará con la boca abierta.
Fue en él, donde se desarrolló el primer teléfono móvil de la historia.
¿Este dato no os parece de lo más estrambótico? ¡Pues es vedad! Hace más de cien años, instalaron un teléfono móvil en su interior. Pero no os vayáis a pensar que funcionaba como los teléfonos actuales. ¡Para nada! Pues su cobertura máxima era aproximadamente de seis metros. Mucho me temo, que este teléfono móvil era poco funcional para tales dimensiones de los aposentos reales.
Sus habitaciones se usaron para almacenar oro y obras de arte robadas por el régimen nazi.
Lo que no me sorprende nada pues parece que durante esta época, invadir las propiedades más impresionantes y majestuosas era de lo más normal. Aunque algo muy sospechoso es que al acabar la guerra, no se supo donde fueron a parar la mayoría de las obras de arte. Por supuesto, del oro ni rastro.
Fue protagonista de una de las obras del artista Andy Warhol.
Parece ser que Andy y yo, coincidimos en gustos. En 1987, se inspiró en este castillo y creó una litografía en la que Neuschwanstein era el protagonista. Es decir, hizo una impresión de una fotografía del castillo y la superpuso en un fondo de colores llamativos. No sé a vosotros pero a mí esa obra, no me puede parecer más bonita. Si tenéis interés, solo tenéis que buscar en google: Neuschwanstein by Andy Warhol. O también, podéis visitar mis stories de Instagran donde os la voy a enseñar.
En el año 2003 cayeron partes de un meteorito muy cerca de él.
Pero por suerte, suficientemente lejos para no dañarlo. El meteorito en cuestión se hizo bien popular y pasó a llamarse el famoso Meteorito de Neuschwanstein. La mayor de sus partes llegó a pesar cuatro kilos y medio. Uno de los fragmentos se encuentra protegido y exhibido en un museo de Nördlingen. Habrá que pasarse por allí para verlo...
Tan idílico es que hasta enamoró al mismísimo Walt Disney.
Quién lo convirtió en el logo con el que se presentan sus películas y posteriormente, lo transformó en el castillo de la Bella Durmiente en la ficción. No me digáis que no sabéis de que hablo. Pensad en el típico castillo de Disneyland y os daréis cuenta de que es una réplica exacta de Neuschwanstein. Flipante, ¿eh? Aunque pensándolo bien, no me sorprende porque probablemente no exista ningún otro castillo en el mundo con tanta magia y tan único como este. ¿No creéis?
Y hasta aquí ha llegado el post de hoy. Espero que os haya gustado e inspirado. ¿Qué me decís? ¿Es o no es, un lugar como sacado de una película Disney? ¿Cuántos de vosotros lo conocéis? ¿Os ha gustado? Espero vuestras respuestas en los comentarios y recuerda que puedes visitar mis stories de Instagram si te quieres inspirar más.
Por cierto, las publicaciones retomarán un ritmo normal a partir de septiembre. Esto quiere decir que cada viernes habrá un nuevo post. Pero mientras tanto, te animo a seguirme la pista a través de Twitter e Instagram, donde comparto mi día a día, ideas de decoración, rincones con encanto de Berlín y un montón de cosas más.