Fue construido en la cima de un desfiladero rocoso, domina una vista del lago azul-verdoso Alpsee y está rodeado por sombríos bosques. Es el castillo de ensueño del rey Ludwig de Baviera.
Neuschwanstein es el castillo más pintoresco del mundo, que cautiva las mentes de los espectadores y los transporta a un mundo de sueños de cuento de hadas.
"Nueva piedra del cisne"
El castillo de Neuschwanstein (Nueva piedra del cisne), está situado en el estado federal de Baviera (Alemaia), a unos 120 km, de Münich. Su construcción fue ordenada por Luis (Ludwig) II de Baviera, el «rey loco», en 1866.
Es el edificio más fotografiado en Alemania y uno de los destinos turísticos más populares en ese país con 1.4 millón de visitantes anuales (unos 60 millones desde que se abrió al público).
El castillo de Neuschwanstein se construyó en una época en que los castillos y las fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico. Nació en la imaginación Luis II como una pura fantasía romántica de un castillo medieval idealizado.
El castillo es una composición de torres y muros que pretendía armonizarse con las montañas y los lagos. Está situado sobre el desfiladero de Pöllat en los Alpes Bávaros.
Combina varios estilos arquitectónicos y su interior alberga múltiples piezas de artesanía no menos fantásticas.
Su diseño no es funcional, sino estético. Por dentro, además de continuas referencias a leyendas y personajes medievales como Tristán e Isolda o Fernando el Católico, contiene una completa red de luz eléctrica, el primer teléfono móvil de la historia (con una cobertura de seis metros) y una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por Leonardo da Vinci, además, una cascada que el monarca podía contemplar desde su habitación.
La construcción del castillo empezó en 1869. Los caprichos y las demandas del Luis II crecieron con el edificio de la misma manera que lo hicieron los presupuestos, los planes y los costos reales. Esta fue la razón por la cual un modesto cuarto de trabajo en el plan original se convirtió en la Sala del trono (Thronsaal) y por la cual un cuarto de visita se transformó en una Sala árabe (Maurischen Saal) que finalmente no se pudo realizar por falta de dinero. También es la razón por la cual la fecha de terminación, originalmente planeada para 1872, tuvo que ser postergada repetidamente.
En 1884 el rey viajó desde Münich para residir por primera vez en el castillo aun en plena construcción. Hasta su muerte, 1886, en circunstancias aún no completamente aclaradas, Luis II vivió solamente un total de 172 días en el castillo.
De película
El castillo era un templo de amistad dedicado a la vida y obras del compositor Richard Wagner quien sin embargo nunca lo visitó, salido de la imaginación del monarca. El palacio estaba diseñado más con fines decorativos que con consideraciones residenciales prácticas. Por ejemplo, el "Cuarto de las Damas" (Kemenate) debía recordar el segundo acto de Lohengrin que en parte toma lugar en un cuarto similar.
Contrario a lo que comúnmente se piensa, sus construcciones no fueron un peso insostenible para los recursos del reino. Los costos de construcción de Neuschwanstein ascendieron hasta la muerte del rey a un total de 6.180.047 marcos de oro. Los medio privados del rey no alcanzaban para pagar todos sus proyectos, por lo que tuvo que depender de préstamos para continuar.
Las disputas sobre las deudas del gobernante llevaron a que en 1886 el gobierno bávaro incapacitara al rey. Con motivo de su inminente derrocamiento por medio de una comitiva enviada al castillo desde Münich, Luis II mandó al día siguiente que las puertas del castillo fueran cerradas, pero una comitiva forzó al rey a abandonar el castillo, al que nunca más regresaría.
Al momento de la muerte del rey en el lago de Starnberg, el 13 de junio de 1886, el castillo de Neuschwanstein aún no estaba terminado.
Turismo
Nunca fue la intención de Luis II que el castillo estuviera abierto al público, pero tan solo seis semanas después de su muerte, las puertas del castillo fueron abiertas a los visitantes. Con las recaudaciones de admisión se pagaron en parte los préstamos del rey.
En esa época, aún se les permitía a los visitantes deambular por el castillo sin restricciones, por lo que los muebles del interior se desgastaron rápidamente.
En 1923 el castillo de Neuschwanstein pasó a ser propiedad Estado Libre de Baviera.
Durante la Segunda Guerra Mundial el "Grupo de trabajo del Reichleiter Rosenberg", un grupo del Partido nazi, utilizó el castillo para almacenar obras de arte robadas en Francia. Las obras de arte robado fueron movidas fuera del castillo en 1944, pero al final de la guerra se encontraron 39 álbumes de fotos catalogando las obras de arte que se habían guardado dentro. Estos álbumes fueron utilizados como pruebas en los juicios de Núremberg. Cerca del final de la guerra el castillo fue nuevamente utilizado por los nazis esta vez para almacenar reservas de oro del Reichbank.
En abril de 1945 Neuschwanstein escapó de una demolición por parte de tropas de la SS para evitar que las obras de arte alemanas ahí almacenadas cayeran en manos de los aliados.
Después de la guerra el castillo fue utilizado provisionalmente para archivar documentos debido a la falta de lugar en la bombardeada ciudad de Munich.
Y para que no le falte de nada, en el año 2002 partes de un meteorito cayeron en las cercanías del castillo. El meteorito está catalogado hoy en día como el Meteorito de Neuschwanstein.
En 2007 el castillo de Neuschwanstein fue finalista en la elección de las nuevas siete maravillas del mundo moderno, pero no resultó electo, quedando en octavo lugar. En el año 2008 el gobierno de Baviera solicitó que el castillo fuera nominado para ser parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
En cualquier caso, Neuschwanstein es uno de los destinos turísticos más populares de Alemania, y no en vano, fue la inspiración del castillo de la Bella Durmiente de Disney.