La República Islámica de Irán es uno de los destinos más increíbles que podemos encontrar en nuestros viajes por Oriente Medio. Cuna de antiguas civilizaciones, Irán ofrece al turista una experiencia vital que no encontraremos en muchos otros destinos quizá más populares. Este país se encuentra inmerso en una zona geográfica que ha sido escenario de numerosos de conflictos bélicos, pero actualmente el viajero puede moverse con tranquilidad por muchas zonas de Irán siempre y cuando vaya acompañado por los profesionales de una agencia de viajes como, por ejemplo, Gretur.
Hoy, en nuestro blog, le invitamos a visitar uno de los países orientales más bellos del mundo: Irán.
1. Leer poesía en el mausoleo dedicado al poeta Saadi. Shiraz.
Shiraz, una pequeña localidad de apenas 240 kilómetros cuadrados se encuentra situada al suroeste de Irán, en la provincia de Fars. A esta pequeña y cuidada villa se la conoce también con el hermoso nombre de “Ciudad de los Poetas y las Flores” por ser, precisamente, el lugar de nacimiento de dos de los poetas iraníes más importantes de su historia: Hafez y Saadi.
En un país en el que el culto a sus poetas es casi una religión, la tumba del insigne Saadi - poeta que vivió durante el siglo XIII- es venerada a diario por cientos de iraníes de todas las edades y condición social. No es raro ver a cualquier hora del día personas meditando, paseando e incluso, leyendo una de las obras más importantes de este famosísimo héroe iraní: “El jardín de las rosas“. Así, nuestra primera recomendación en nuestro próximo viaje a Irán es tan simple como enriquecedora: imitar a los iraníes de bien dedicando un rato a meditar y leer su bella poesía.
2. Probar el pan de Yandaq.
En la zona central de Irán, encontramos dos de los desiertos más inaccesibles e inhóspitos del mundo: Dasht-e-Kavir y el Kavir-e-Lut. El término “kavir” podría traducirse en castellano como “desierto”, pero según cuentan los expertos la acepción se quedaría corta. En los grandes desiertos iraníes la vida es durísima, enormes extensiones de arena blanca punteadas de montañas negras como el carbón, zonas en la que las temperaturas son tan extremas que las hacen prácticamente inhabitables. Y es precisamente en el corazón de este extraño paraje donde encontramos uno de nuestros destinos: el pequeño pueblo de Yandaq en la provincia de Isfahán. En esta parada obligada para los viajeros que se dirigen a Mashad, habitan unos pocos cientos de hombres y mujeres que sobreviven gracias al pastoreo y a la agricultura familiar de trigo y cebada. ¿El resultado de su trabajo? Un manjar excepcional que ofrecen amablemente al acalorado turista: su blando y jugoso pan.
3. Tomar un té con sohan en Yazd
Una de las ciudades más antiguas e interesantes de Irán es Yazd, ubicada en la zona central del país, justo entre los dos grandes kavir que hemos mencionado en el párrafo anterior. Yazd ofrece al turista múltiples puntos de interés como, por ejemplo, el Templo de Zoroastro o las Torres del Viento. Pero una actividad diferente que podemos disfrutar en este caluroso entorno es dejarnos enamorar por dos de sus joyas gastronómicas: el té y los dulces. Encontramos estos manjares en la que es, quizá, una de las pastelerías más visitadas por los golosos iraníes, un pequeño establecimiento situado en la calle Imán Jomeini. Primero nos decantamos por un pastelito llamado sohan que se elabora a base de harina y nueces, pero no podemos resistirnos a otros dulces que hacen famosa esta provincia iraní: el lowz-e-bidmeshk - un rombo de almizcle - y el lowz-e-pesteh, otro pequeño rombo repleto de crujientes pistachos.
4. Fotografiar los bajo relieves de “la pequeña Petra”: Naqsh-e Rostam.
Naqshe Rostam
Si ha viajado a Petra hay una visita imprescindible que debería hacer en su próximo viaje a Irán: Naqsh-e Rostam. Los restos arqueológicos se encuentran situados a escasos kilómetros de la turística Persépolis, pero la afluencia de turistas es todavía mínima y, francamente, merece la pena: cuatro enormes tumbas con bajo relieves persas que guardan, supuestamente, los restos de los últimos reyes aqueménidas. Una fotografía inolvidable.
5. Comprar zapatos en el bazar de Mehriz.
A unos cuarenta kilómetros de la turística ciudad de Yazd encontramos el pequeño pueblo de Mehriz. Este rincón de Irán es conocido a nivel turístico por su castillo sesénida - hoy abandonado -; pero Mehriz ofrece una experiencia que no todos los turistas conocen: calzarse unos giveh, unos zapatos tradicionales tan ligeros como cómodos, imprescindibles para recorrer ágilmente su bazar para adquirir otras bellas muestras de la artesanía local de Irán, un país? más que recomendable.
Imágenes:
«Aramgah-e-saadi shiraz». Disponible bajo la licencia CC BY-SA 2.5 vía Wikimedia Commons.
«Naqshe Rostam 1» de Roodiparse - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Naqshe_Rostam_1.JPG#mediaviewer/File:Naqshe_Rostam_1.JPG