Podría decirse que mi experiencia viviendo en Berlín, es buena y mala a partes iguales. Pues es probablemente aquí, donde pasé y superé mis retos vitales más importantes. Y si de algo me di cuenta a lo largo de todos estos años, es que Berlín no es una ciudad idílica y aún menos, perfecta. Aunque esto no impide que también tenga muchísimas cosas buenas. Hace unas semanas, os contaba cuáles eran las ventajas que yo le encuentro a vivir en Berlín. Hoy voy más allá y me atrevo con una lista de inconvenientes. ¿Qué os parece?
10 inconvenientes de vivir en Berlín:
1. Las dimensiones de la ciudad son enormes y se necesita mucho tiempo para desplazarse.Es difícil moverse a pie y llegar a los lugares te lleva bastante tiempo, lo que se traduce en estrés. Berlín no es una ciudad cómoda o práctica y siempre, se necesita calzado cómodo. Por otra parte, moverse en coche es una aventura de riesgo porque los berlineses no se caracterizan por conducir muy bien.
2. El clima es de todo menos bueno y los inviernos son eternos.
Los inviernos son bastante fríos y demasiado largos. En realidad, duran desde octubre hasta abril y las temperaturas son realmente bajas. Durante los meses de verano, sufrimos auténticas olas de calor y algunos días son insufribles superando los treinta grados. En Berlín, nunca hay un término medio. Y puede ser que durante la misma semana, tengamos temperaturas propias de todas las estaciones.
3. La falta de luz es algo habitual y acaba afectando al ánimo.
Podría decirse que solo tenemos la cantidad suficiente de luz natural durante la mitad del año. O incluso, menos. De ahí que tenga que poner mucho de mi parte para que esto no me acabe afectando al ánimo. Durante los meses más fríos, vivir en Berlín puede llegar a ser desmotivante porque empieza a oscurecer sobre las tres de la tarde o a veces, antes. Los días en los que el cielo está azul y sale el sol escasean y son como mínimo de celebración.
4. Por desgracia, la criminalidad abunda cada vez más.
Es muy normal que entren a los pisos o que te roben piezas del coche. Desde que vivo aquí, vi todo tipo de situaciones desagradables a plena luz del día. En mi caso, me resulta muy estresante escuchar tan a menudo las sirenas de la policía, las ambulancias o los bomberos. Pero supongo que esto ocurrirá en todas las grandes ciudades.
5. El carácter de los berlineses no es acogedor y puede resultar difícil de entender.
Como ya os conté a veces, los habitantes de Berlín suelen ser directos pero de una manera desagradablemente innecesaria. Con el tiempo, lo llegas a entender y hasta te puede hacer gracia. Pero de primeras, puede ser algo que os incomode. Y más, si no domináis el alemán.
6. Conocer a gente es bastante difícil.
Mejor dicho, conocer a gente es fácil pero afín a ti, es casi imposible. Es una ciudad tan grande que es difícil coincidir o relacionarse porque todos van a lo suyo. Y claro, acabarás relacionándote antes con gente de tu país que con alemanes.
7. Encontrar vivienda es casi una misión imposible.
Esto se debe, a que la demanda es muy alta y apenas hay viviendas. Así que cuando vas a ver una, lo haces con otras veinte personas a la vez y luego, puede ser que te seleccionen. Además, el papeleo que hay que entregar es tremendo. Os lo contaba en este post: 5 consejos para triunfar con la búsqueda de vivienda en Alemania.
8. Integrarse en la cultura alemana es más complicado de lo normal.
Berlín no es una ciudad alemana prototípica pero, sí es bastante internacional. De ahí que puedas vivir sin problemas hablando solo en inglés. Esto más que una ventaja, acaba siendo un inconveniente porque dificulta la integración y también, impide conocer la cultura alemana en profundidad.
9. No es la ciudad más limpia del planeta.
Aunque esto depende del barrio, claro. Pero por lo general, es normal encontrarse basura por la calle. A mí esto no me gusta nada y me genera bastante malestar. Además, si por algo es famoso Berlín es porque casi nadie recoge las necesidades de sus perros. No es obligatorio y te las encuentras por todos lados.
10. Berlín no es una ciudad fácil y tampoco, para todos.
Creo que se necesita un tiempo de adaptación muy largo para acabar cogiéndole el tranquillo. Y por lo general, casi nadie se imagina vivir a largo plazo aquí. De ahí que sea difícil desarrollar una vida social a largo plazo porque todos los amigos o conocidos, antes o después se acaban marchando.
¡Y hasta aquí ha llegado el post de hoy! Espero que os haya gustado e inspirado. ¿Qué me decís? ¿Habéis vivido alguna vez en una ciudad grande? Sí es así, ¿coincidimos en alguna desventaja? ¿Os ha sorprendido algo? Me alegro si me lo contáis en los comentarios. Y de paso, os mando un abrazo.
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