Cuando te va bien en un espacio singular y se respira un ambiente especial, tienes que repetir a gozar de más experiencias. Confirmamos que el liquido de color rojo oscuro que tanto aporta al paladar, es el centro en Copa de Balón, sus profesionales tienen a bien de amplificarte la experiencia gastronómica, Carol es todo un ejemplo de sonrisa permanente, y es que todas las mañanas antes de salir de su casa en el centro de Madrid, piensa en su querido público que la reconoce su profesionalidad -día a día- por su actitud y trabajo en sala y terraza.
La comida no es lo más importante, que también, buen producto bien cocinado, con cariño en cada una de sus propuestas, tengo que hacer de nuevo mención especial al sommelier, Carlos, su proximidad ya te motiva, sin duda te ofrecerá una buena recomendación, y eso amigos es jugar a lo seguro, para esta ocasión nos sirvió Valduero -una cepa- 2011 un ribera con crianza especial, es un monovarietal de Tempranillo. La producción de las cepas con las que se elabora este vino es muy escasa, de ahí que el nombre sea “Una Cepa” ya que de una cepa obtienen una botella.
Estrella dorada a los precios justos, de los que animan a abrir botellas en cada una de las entregas, cuando el que manda es el vino sobre la mesa, como os adelantaba en el perfil de Facebook, tenía que buscar la pareja para este príncipe y os lo presento en exclusiva, cintas de pasta verde de espinacas, boletus, queso parmesano y carabineros de tamaño terciado, una combinación que ofrece el llamado mar y tierra, garantiza al menos contrastes en boca. También una hamburguesa de carne de cebón con queso fundido, loncha de jamón y coronado por un huevo de codorniz, la carne es sabrosa y al punto una divinidad.
Por último, y para hacer honor al último tercio del preciado liquido, un queso con personalidad propia, tenía que enamorar a su príncipe, y fue todo un flechazo a primera vista, torta de pascualete, en su perfecta temperatura con una apertura limpia lo más, cremoso y suave, pero no te fíes, te dará un sabor largo e intenso, recordarás a la torta del casar, pero ésta tiene su propio tiovivo.
Volveré sin duda, es un espacio en el que tienes que ir al menos una vez en la vida, todo un templo en el que demuestran gran amor y respeto al zumo de la uva. Narrativa con retrogusto, me hacéis feliz, y eso mola mucho más.
Fijaros por favor en las fotografías, en alguna se puede observar la textura del producto, que imágenes, más que mil palabras, por cierto van 399.
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