Viaja con tu hijo a Oporto. Querrás repetir

Viajar a este destino en particular con mi pequeña, me hacía especial ilusión.  La primera vez que la llevamos a Oporto, fue hace casi 7 años, y tenía muchas ganas de repetir.

Ha sido divertido volver a sacarme fotos en los mismos sitios donde estuvimos cuando nuestra hija a penas tenía unos meses e iba toda cómoda en su sillita de aquí para allá. Fue su primer viaje y el nuestro como padres primerizos. Fue muy especial.

 De este hermoso lugar, recordaba sobre todo la magia que tenía por su decadencia, pero esta vez me vengo con otra  impresión. He visto otro Oporto mucho mas nuevo y arreglado, y aunque diferente, sigue manteniendo su magia un poco mas cuidada.






Hoteles con niños

Empezaré hablando del hotel donde nos alojamos. Queríamos volver a repetir el mismo el Grande Hotel do Porto, es una preciosidad de hotel, pero al decidir irnos a Portugal a última hora, los precios estaban desorbitados, así que buscamos algo por los alrededores y lo encontramos además muchísimo mas barato 65 euros la noche para los tres, incluido el desayuno.

El Hotel Peninsular, no es un hotel con grandes lujos comparado con el anterior, pero tiene lo que considero importante en el alojamiento para este tipo de viajes, en los que en realidad solo vamos a ir para dormir. Se trata de un hotel céntrico, limpio y tranquilo.

Importantísimo, tiene un parking público, muy cerca. Eso le suma otro punto. 

Planes con niños

En cuanto llegamos, supimos muy bien lo que queríamos hacer. En realidad, ya no era lo que queríamos visitar sino de qué forma. Ponte calzado cómodo y dale al botón para cruzar. 

En esta ocasión hemos visto un Oporto mas preparado para los turistas que nunca. 

Hay todo tipo de medios de transportes para conocer desde puntos de vista diferentes la ciudad. Desde los típicos autobuses de dos plantas, hasta los trenecitos turísticos, pasando por los tucs tucs que vemos ya en casi todas las partes, los barcos que pasean por el Duero, el legendario tranvía que tanto nos gusta, hasta un helicóptero que vuela por sus cielos a disposición de los turistas mas intrépidos. ¡Increíble!. Nuestro plan del día era pasear, callejear y llegar a Vila Nova de Gaia, perdiéndonos antes por el camino.









Realizamos una ruta muy sencilla:

- Buscar un sitio donde comer rico rico rico, aunque esto Portugal nos lo pone muy fácil.

- Volver a la tienda que mas recordaba de toda la ciudad para sacarnos unas fotos ¿bonita verdad?



- Mercado de Bolhao, aprovechar para conocer mejor, el tipo de gastronomía y artesanía lusa, y comprarle un juguete a mi pequeña, una muñeca de la suerte y una pintoresca y colorida flauta.





-  Acabamos de empezar nuestra ruta, pero nos apetece sentarnos un rato al sol para pararnos a contemplar lo que nos rodea.



- Buscar la librería Lello, la encontramos, hicimos la cola y la disfrutamos. Recuerdalo Aquí.


- Dirigirnos a la torre de los clérigos



- Correr para no perder el tranvía, ¿Recuerdas cuánto me gustan? Ver Aquí precio por persona; 2,50 euros.






- Perdernos por el camino para descubrir mas callejuelas un poco mas alejadas del centro.





- Encontrar la estación de tren, con los típicos azulejos azules tan representativos en la cultura portuguesa.



- Llegar al rio Duero para hacer una excursión y conocer sus  diferentes puentes. Este paseo dura unos 55 minutos  y cuesta 12,50 euros persona, los niños menores de 10 años no pagan. La excursión es tranquila y relajada. Me encanta. Importante: los barcos tienen asientos tanto interiores como exteriores, una barra de bar y baños.











- Cruzar el puente y descansar un rato contemplando las increíbles vistas del Oporto mas bonito, desde Vila Nova de Gaia, donde se encuentran las famosas bodegas de vino, donde también puedes tomar algo con música de fondo o comer a la vez que disfrutas de unas maravillosas vistas.





- Regresamos, cruzando de nuevo el puente para coger un funicular que nos deja de nuevo en lo alto de la ciudad muy cerca del hotel

- Cenar mas rico aún el típico pollo a la brasa y dirigirnos al hotel para descansar. El día ha sido largo y a la mañana siguiente nos esperan mas sorpresas.

Nuestras vacaciones en familia por esta preciosa ciudad, estuvieron genial, y entre paseo y paseo siempre nos acompañaron los Pasteles de Belem, pero eso os lo contaré en el próximo post, un post muy glotón. Muchos besos.



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