Si nos sigue en nuestras redes sociales Facebook, Linkedin y Twitter vería que esta semana denunciábamos el vergonzoso acto vandálico que dos turistas irresponsables llevaron a cabo en el Coliseo de Roma.
La noticia salió a la luz el pasado sábado cuando la justicia italiana llamó a declarar a dos mujeres norteamericanas por grabar su nombre en el suelo del famoso monumento romano. Al parecer, estas californianas decidieron que no pasaba nada por dañar de forma irreparable este anfiteatro construido en el siglo I de nuestra era. Al ser descubiertas por la policía turística, ambas chicas de 21 y 25 años se disculparon, pero el daño ya estaba hecho. Sindicatos y amantes del arte italianos reclaman a las autoridades que se destinen más unidades a vigilar los puntos de interés histórico cultural de la ciudad eterna, pero el número de visitantes es tan alto como la cantidad de elementos históricos de Roma, por lo que esa petición es, prácticamente, inviable.
No es la primera vez que el Coliseo Romano sufre un acto vandálico parecido. Recordemos que en noviembre del año pasado un turista ruso de 42 años de edad se vio obligado a abonar una multa de 20.000 â?¬ por grabar las iniciales de su nombre en la pared de este Patrimonio de la Humanidad y una de las llamadas 7 Maravillas del Mundo Moderno.
Lamentablemente no es el Coliseo el único tesoro que algunas personas deciden dañar por simple diversión. En enero del año pasado, por ejemplo, 50 piedras incas cercanas al peruano Templo de San Cristóbal fueron dañadas cuando dos desconocidos pintaron sobre ellas sus iniciales en letras de más de 30 centímetros de altura.
Turismo y patrimonio cultural están profundamente relacionados. Uno sin el otro perdería gran parte de su sentido así que es responsabilidad de todos - turistas, autoridades y profesionales del sector- evitar que una simple broma acabe con cientos, miles de años de historia común.
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«Dead sea newspaper» por Uploaded to en: by Pete, on 14 May 2005. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons