Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
-Antonio Machado
Es peligroso, Frodo, cruzar tu puerta. Pones un pie en el camino, y si no cuidas tus pasos, nunca sabes a dónde te puede llevar.
-Bilbo Bolsón, El Señor De Los Anillos
Recuerdo como aquel enorme portón se cerraba tras de ti como una losa sobre una oscura y fría tumba. Pero no era una tumba el lugar que tenías delante, aunque tal que así la percibieran tus huesos y los míos. Aquella gran puerta guardaba la entrada de una cueva con restos de nieve sobre el suelo de roca, el ulular del viento filtrándose entre grietas invisibles y el sonido lejano de pequeñas piedras cayendo y deslizándose hasta el suelo…como extrañas frutas que han llegado a su madurez…
Estabas de espaldas a la gran puerta de piedra mientras exhalabas el aire enrarecido y frio de aquella enorme cueva. Y aunque no lo creas, aun a sabiendas de que estaba muy lejos de ti, en otro lugar, en otro mundo… yo lo sentía. Sentía todo eso: respiraba contigo, notaba el frío y la soledad...y también estaba asustado.
Tú contemplando y estudiando todo aquello que tenías ante ti, cada esquina, cada rastro…
Yo tomando conciencia de que lo que estaba por venir iba a cambiar muchas cosas en mi lejano mundo, ese desde el que te miraba como a través de una ventana y donde me sentía incapaz de tocar el mando que sujetaba entre mis manos…
Mi parálisis era similar a la tuya. Puede que yo estuviera más asustado que tú. Allá la oscuridad nos esperaba impaciente. Casi podía oírla llamándonos a ti y a mí con una voz sibilina, como la de una serpiente dejando su aliento a través de negros pasadizos arañados por los siglos y parajes secretos rodeados de trampas.
No había que dudar, no había que tener miedo. Eras una chica dura que a pesar de provenir de una familia inmensamente rica, detestabas la vida de la alta sociedad.
No, eso no iba contigo. Preferías dejar tus vestidos de "Chanel" en el armario y marcharte a cualquier rincón del mundo en busca de reliquias y artefactos, sin importarte que estos estuvieran en el mismísimo centro de la tierra. No en vano te llamaban "asaltadora de tumbas" (Tomb Raider)...una mochila, un par de armas y toneladas de temeridad.
Eso era lo único que sabía de ti, a parte de tu nombre, claro, Lara, Lara Croft. Toda esta información provenía de la caja donde te encontré, no sabía nada más. No fue hasta más adelante cuando averigüé que prácticamente eras ya un icono, un símbolo y la imagen ideal para colocar junto a la definición de la palabra AVENTURA.
Pero eso fue más tarde, mucho más tarde.
Por entonces tú y yo seguíamos paralizados delante de la gran puerta imaginando las miles de posibilidades que nos podrían aguardar allí dentro. En algún rincón de aquel lugar se ocultaba la clave para volver a salir al cada vez más deseado exterior. Y quién sabe..tal vez encontráramos la primera de las pistas de un artefacto llamado Scion, un arma que en las manos equivocadas podría destruir el mundo…Debiamos hacerlo...debíamos adentrarnos en la tumba...
Había llegado el momento.
Todo camino es una aventura...y toda aventura comienza con un primer paso.
No temas el lugar donde nos ha de llevar…primero…llegaremos.
Dejando escapar un suspiro pulsé el botón de la derecha de la cruceta del mando…
Y tú, Lara, diste el primer paso hacia delante….
El resto…bueno, el resto fue la primera de nuestras muchas y grandes aventuras.
Te echo de menos...
TOMB RAIDER, 25-10-96
Norberto Piñar
@Ikarubi