Si por un momento nos metemos en la cápsula del tiempo y viajamos a principios del siglo XX, al llegar nos encontraremos uno de los momentos de la historia más variado y original en cuanto a arquitectura se refiere. Por un lado encontraríamos diseños de edificios de corte romántico y recargado, por otro los que son racionalistas y fríos o los modernistas llenos de color y lineas onduladas. Pero en Canarias, convivió con todos ellos un estilo propio, que pasó a llamarse el Neocanario.
Uno de los múltiples ejemplos, pero también uno de los mejores y más completos por englobar toda la simbología de la arquitectura de nuestras islas, es el Pueblo Canario de Las Palmas.
Básicamente el lugar surgió para completar un espacio vacío que había dejado el Hotel Santa Catalina y el Parque Doramas. Pero lo que empezó como una construcción de "relleno" pronto se convirtió en un referente cultural en la capital grancanaria.
Y no es de extrañar, ya que llevaba el inconfundible sello de Néstor y Miguel Martín- Fernandez de la Torre, dos estrellas en el firmamento de las artes canarias del momento.
La idea era dotar a la ciudad de un espacio que reflejara sus raíces y las mostrara al visitante mediante museos, tiendas típicas, restaurantes, cafeterías y exposiciones, todo ello en edificios del más puro estilo canario que rodeaban una plaza donde se celebrarían eventos, bailes y conciertos.
Pero la meta de todo visitante del Pueblo Canario es sin duda el Museo Néstor, fundado en recuerdo del artista que murió unos meses antes del comienzo de las obras.
Dentro encontramos no sólo su increíble obra pictórica, de la que soy rendido admirador desde pequeño, sino también sus libros, muebles diseñados por el artista, los trajes típicos que hoy son símbolo de la isla de Gran Canaria y todo el universo onírico que envolvía la figura del gran Néstor.
Dividido en tres plantas, el museo es una maravilla que debe visitarse al menos una vez en la vida, para conocer el impresionante trabajo del artista. De todo el contenido, que duda cabe, me quedo con la fabulosa sala circular que nos regala la maravilla del Poema del Mar.
El Poema está compuesto de 8 cuadros que interpretan los estados del mar a lo largo del día y en ellos plasma toda su imaginación sirviéndose de cuerpos inertes o en un movimiento violento y dinámico, acompañados de criaturas marinas pacíficas o violentas que representan la fuerza o la calma del Atlántico en Canarias.
Otra joya ante la que debemos caer rendidos es la hermosísima "Hermana de las Rosas", que ocupa un lugar de honor en la mayor de las salas y que es la más modernista de sus obras así como la más simbólica y llena de color.
Con pena abandonamos el Museo Néstor, para seguir nuestro camino de descubrimientos y acercarnos ante uno de los símbolos indiscutibles de la Las Palmas de Gran Canaria, el Auditorio Alfredo Kraus.
Desde 1997 se levanta en un extremo de la inigualable Playa de Las Canteras este monumento a las artes escénicas que se ha convertido en referente mundial para los amantes de la música. Y no podía ser menos, porque ya sólo el nombre que lleva, el del elegante y único tenor grancanario Alfredo Kraus, es tarjeta dorada de presentación para un edificio que ha conseguido reunir en su interior a lo más selecto del mundo artístico desde su inauguración.
Su forma, la de un faro, diseñada por el arquitecto Oscar Tusquets, consigue llamar la atención desde lejos y formalmente consigue su propósito, que es el de servir de metafórica guía para atraer a los amantes de la música hasta sus puertas.
La construcción que se prolongó durante 4 años, hizo revivir una parte de la ciudad que había perdido parte de su brillo y la situó de nuevo entre los imprescindibles de la capital grancanaria.
Dentro nos esperan espacios diseñados para deleitarnos con la música e incluso con recitales de poesías u otros eventos menos artísticos, como congresos.
El edificio cuenta con 4 salas, dos de ellas para eventos de pequeñas dimensiones, una polivalente y la más importante de todas, la Sala Sinfónica con un gigantesco ventanal que la abre al mar y el mayor órgano de Canarias.
Nos despedimos del Auditorio para seguir camino, ya apurando las últimas horas en la ciudad.
Y vamos paseando por Las Canteras...
...hasta llegar a La Puntilla, que marca el final del arenal.
Nos acercamos hasta la Plaza de Cairasco, donde se levanta el refinado y exquisito Gabinete Literario, que fue teatro Cairasco hasta que la Sociedad la adquirió y reformo para dotarlo de su elegante aspecto actual.
El exterior es una maravilla, de eso no hay duda, pero les invito a descubrir el fastuoso y espectacular interior, con un aire modernista único en la isla...
Y una impresionante escalera principal que da acceso al antiguo salón de baile.
Ya de vuelta al hotel nos tropezamos con una romería que demuestra una vez más la generosidad, el colorido y la personalidad única que caracterizan a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Permanezcan en sintonía porque aún queda muchísimo por ver. Pero eso será en otra escapada...