En este artículo te hablaremos de una de las joyas de nuestro país, Gran Canaria, una de las Islas Afortunadas.
Playas y ciudades de arquitecturas coloniales, paisajes volcánicos, dunas de arena y arte rupestre son algunos de los ingredientes del cóctel autóctono que presenta la isla de Gran Canaria, la segunda isla más poblada de las ocho que conforman el archipiélago canario. Ha sido bautizada como un continente en miniatura por “la diversidad de su clima, geografía, flora y fauna”. Además, su capital, Las Palmas de Gran Canaria, también es considerada la ciudad con el mejor clima del mundo según la Universidad de Siracusa en Nueva York. Por su parte, Mogán, localizada al sur de la isla, es el lugar con más días despejados de la Unión Europea.
Estas son algunas de las características que convierten a la isla en una de las favoritas para turistas locales e internacionales; uno de los sectores económicos más importantes con los que cuentan en Gran Canaria. Son destacables las opiniones en España Travelgenio de viajeros de todas partes que visitan la isla y que comparten sus experiencias a través del servicio de esta web.
Todas esas experiencias son posibles gracias a las características propias de una isla sustentada también por teorías fantásticas que la envuelven en un misterio que a los isleños les gusta reconocer. Son muchos los que sostienen que las Islas Canarias son los restos del legendario reino sumergido bajo el mar: la Atlántida o Atlantis. Pero sea cual sea la verdad, según la datación por carbono 14 de los escasos hallazgos arqueológicos, el asentamiento más temprano en las islas se sitúa en torno al 2000 a.C. La conquista de las islas comenzó a fondo en 1402, cuando el aventurero Jean de Bethencourt partió de La Rochelle con un pequeño grupo en dirección a las islas Canarias.
Otro dato histórico importante para las islas, y también para Gran Canaria, fue el descubrimiento del denominado entonces Nuevo Mundo en 1492 por Cristóbal Colón, que hizo escala en el archipiélago varias veces de camino a América. Este hecho trajo consigo un abundante comercio transatlántico. Más tarde, cuando Franco decidió abrir las puertas del país a los turistas europeos, las Canarias se beneficiaron tanto como la Península: millones de visitantes acudían a las islas durante todo el año.
Hoy todavía sigue siento así. Y a día de hoy son también los visitantes de las Islas Afortunadas los que narran su propia historia después de visitar Gran Canaria. Esta historia no se puede contar sin visitar las Dunas de Maspalomas, callejear por el centro de Las Palmas y el barrio de Vegueta, subir hasta el Roque Nublo y sentirse rey del mundo, conocer el pueblo de Tejeda (uno de los más bonitos del país), conducir por las carreteras de la Reserva Natural Integral de Inagua, visitar el Puerto de Mogán, pasear por Arucas y por Teror y, por supuesto, deleitarse por la gastronomía canaria en cada uno de esos lugares.