Contacto con la naturaleza, pueblos llenos de encanto, sitios en los que alojarse y donde comer que no dejan indiferente... Ya te conté por aquí que en Navidades pasamos unos días en el Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia, unas vacaciones en familia que disfrutamos mucho. Te hablé de la maravilla de pueblos que conocimos, pero quise dejar para otro post una ruta de senderismo que hicimos y que disfrutamos al máximo. Lo mejor, que pudimos hacerla con las niñas y eso no es algo muy habitual tratándose de senderismo. Cuando digo niñas hablo también de un bebé de un año y poco que disfrutó como la que más y que, todo hay que decirlo, aguantó estoicamente las casi tres horas que duró la ruta.
La ruta es el Camino del Agua, un sendero en circuito circular de 6 kilómetros que sale y termina en Mogarraz, pasando también por la población de Monforte. Desde la salida del pueblo de Mogarraz, del que ya os hablé aquí, el sendero te sumerge por intrincados caminos que esconden auténticos tesoros.
Las vistas que ofrece el sendero son increíbles. Una panorámica de toda la sierra, caballos pastando libremente en valles que invitan a perderse, ríos que serpentean por el valle, mágicas formas creadas por la vegetación, arboles a cada lado del camino que parecen llegar al infinito, parajes llenos de flores, hojas, arbustos...
Para las niñas era un auténtico paraíso para los sentidos. No dejaban de mirar a un lado y otro y de hacer preguntas sobre todo lo que veían.
La mayor parte del camino fue en llano, pero obviamente hay partes con desniveles no muy pronunciados pero que sí requieren una cierta resistencia física. Y en este punto os quiero hacer una recomendación. Inicialmente, al programar la ruta decidimos hacerlo sin silla, pero en el último momento, cuando ya nos disponíamos a iniciarla, unos foráneos que habían hecho la ruta el día anterior nos recomendaron hacerla con silla porque según nos comentaron, el camino no tenía apenas dificultad. Si tenéis niños pequeños yo no lo haría en ningún caso con silla, ni de un tipo ni de otro. Yo tenía el Bugaboo Buffalo y gracias a él lo pudimos completar con éxito. He comentado al principio que la dificultad era baja, pero hay partes del camino que se estrechan muchísimo y hay ciertos desniveles en los que con la silla resulta muy complicado. Si vais con peques olvidaros de silla. Si repito, que seguro lo haré, optaré sin pensarmelo por la portamochila que en esa ocasión olvidé, o en su defecto prefiero ir con la niña andando y partes que sean más complicada en brazos.
En definitiva, la ruta fue una experiencia inmejorable. El entorno no puede ser más bonito y más adaptado para disfrutarlo con los peques. A lo largo del sendero hay varias zonas habilitadas para hacer una parada y además de retomar fuerzas, disfrutar de miradores con vistas únicas.
Si ya que estáis por la zona, os apetece pasar más de un día, las opciones son muchas. En la Sierra de Francia hay pueblos preciosos. Por acotar un poco la búsqueda, yo me quedaría con cinco de ellos que, por cierto, están declarados Conjunto Histórico Artístico. Son Mogarraz, La Alberca, Sequeros, San Martín del Castañar y Miranda del Castañar. De todos ellos seguro que os resulta muy conocido La Alberca: un pueblo precioso con una belleza muy singular.
El resto, menos conocidos, pero no por eso menos bonitos. De hecho suelen estar menos masificados al ser menos turísticos y, en mi caso, eso es algo que valoro muchísimo porque me permite apreciar más la belleza del lugar, las costumbres, observar a los lugareños...
Te recomiendo, y mucho, esta zona. Disfrutarás de un enclave privilegiado, de pueblos pequeños pero que encierran mucha vida y que son increíblemente bonitos. Si al final te decides a descubrir esta zona me encantará que me cuentes la experiencia y nuevos lugares que descubras porque mi intención es volver muy pronto.
Por cierto, tenéis la crónica en la página de Mammaproof.