Los Caminos de Arte en la Naturaleza animan a pasear por los bosques de la Sierra de Francia
© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Hace ya seis años que la Diputación de Salamanca se propuso un reto de los que asustan: crear un proyecto que dinamizara los pueblos de la Sierra de Francia, -especialmente de sus conjuntos históricos- que pudiera vincularse con el espacio natural Batuecas-Sierra de Francia y que despertara el interés por acercarse al arte contemporáneo. El resultado de ese batiburrillo fue el trazado de un sendero señalizado titulado el Camino del Agua, un circuito que discurría por entre los fragosos pliegues de la sierra entre las localidades de Mogarraz y Monforte de la Sierra. Entre medias, seis artistas seis habían dejado plantadas sus instalaciones artísticas para que la madre naturaleza terminara de darles el último repaso. Suponían también un aliciente para que el caminante, además de respirar el aire puro de los bosques, buscara en los recodos del trayecto el conjunto de obras que forman esta exposición permanente al aire libre.
El éxito de la propuesta, que enseguida acumuló un alto número de senderistas interesados en recorrerla, animó a repetir la experiencia en torno a los otros conjuntos históricos de la sierra hasta completar un total de cuatro circuitos perfectamente señalizados y repletos de ensoñadoras instalaciones artísticas. Se les conoce como Caminos de Arte en la Naturaleza y desde sus comienzos, a finales del año 2008, se estima que han sido recorridos por más de 130.000 personas.
Ahora, además, estos caminos han sido seleccionados, entre 154 experiencias, como una de los siete proyectos más destacados dentro del Recopilatorio de Buenas Prácticas en Turismo Rural (descárgalo aquí) elaborado por Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Entre los aspectos que más peso han tenido para realizar la elección están el carácter innovador de las propuestas, capaces de despertar el interés de los ciudadanos por acercarse al medio rural; su sostenibilidad social y económica; su aprovechamiento de los recursos locales y su impacto positivo y respetuoso sobre el medio ambiente.
Además de estar señalizados sobre el terreno, los Caminos de Arte en la Naturaleza cuentan con una abundante documentación -folletos, mapas, datos gps…- que puede consultarse a través de la web de la Diputación de Salamanca, salamancaemocion.es. Tienen un trazado de entre 6 y 10 km, están pensados para realizar prácticamente en familia si bien requieren de buen calzado y un equipo de senderismo básico.
01 CAMINO DEL AGUA. Fue la primera de las propuestas trazadas sobre las faldas de las sierra y su buena acogida animó a continuar la experiencia con el resto de los senderos. Se trata de un sencillo paseo circular de seis kilómetros de longitud en torno al valle que articula el río Milanos, afluente del Francia. Enlaza las localidades de Mogarraz, principio y fin de la ruta, y de Monforte de la Sierra. Una propuesta deliciosa que, a los alicientes de una naturaleza exuberante y unos pueblos de rancio sabor tradicional, suma la expectación por contemplar el reguero de instalaciones vanguardistas con el que se adoban algunos de los rincones más hermosos del trayecto. Son seis obras de arte diseminadas a lo largo del recorrido, perfectamente integradas por sus creadores en el entorno en el que ha sido colocadas y que lucen como si estuvieran en lujosas salas de exposición.
Vídeo sobre El Camino del Agua
El principio del recorrido hay que buscarlo en el aparcamiento que la localidad de Mogarraz tiene al borde de la carretera. Ahí se encuentra también el cartel con la información general del recorrido. Desde el aparcamiento, el paseo se inicia caminando por la carretera unos 200 metros en dirección a La Alberca hasta que una señal lo desvía por la vereda que lleva hacia los huertos que rodean la localidad.
De escasa dificultad, el paseo puede realizarse en unas dos horas siguiendo las marcas del GR-10, el PRSA-19 y un logotipo de identificación propio.
02- EL CAMINO DE LAS RAÍCES. La Alberca, el pueblo más conocido de la Sierra de Francia, también tiene su camino de arte y naturaleza. Y en esta ocasión lo que propone es un viaje a las esencias, a sus propias raíces. De hecho, en su ánimo esta provocar la reflexión sobre cómo la espiritualidad del hombre ?en este caso de los serranos- queda impresa en el paisaje en forma de intervención humana. Porque la intervención del hombre en la naturaleza, cuando se hace de forma respetuosa y sabia, no la degrada. La complementa y la engrandece. Y eso se percibe con cada paso que se da en este hermoso circuito serrano.
No tiene dificultad técnica ni desniveles apreciables. Sus 8 km de trazado circular pueden recorrerse en unas tres horas. Está bien señalizado, aunque cuesta encontrarle el arranque, sobre todo si está cerrada la oficina de turismo de La Alberca y no te pueden informar. Bien es verdad que cualquier vecino da señas: el panel informativo y el comienzo del paseo hay que buscarlo en el camino al campo de fútbol, una carreterilla que arranca cuesta arriba hacia la derecha en la salida hacia Mogarraz, un poco antes de las casas de la Guardia Civil. Los principales hitos visitados son Montón de Cantos, la Peña de la Aparición, la ermita de Majadas Viejas, la laguna y ermita de San Marcos y Fuente Castaño. Puede realizarse con niños acostumbrados a andar.
03- ASENTADERO-BOSQUE DE LOS ESPEJOS. Tan extraño como viajar al otro lado del espejo. Tan sugerente como acompañar a Alicia en una excursión de domingo. Así se presenta el recorrido entre castaños y bancales de olivo, en el que cinco artistas han prestado el aderezo de su imaginación para componer, con sus obras, una sinfonía de arte y naturaleza: notas de color y juegos visuales que acompañan a quien pasea por los caminos que unen las localidades de San Martín del Castañar, Sequeros y Las Casas del Conde. Este sendero circular tiene un trazado total de unos 11 km que pueden hacerse en unas cuatro horas. Con algún repecho de importancia al comienzo del recorrido, no presenta dificultad. Existe la posibilidad de acortar el paseo prácticamente a la mitad a través de Las Casas del Conde. En ese atajo se encuentra la instalación Del reflejo de las palabras, de Luque López. Aunque puede realizarse en otro sentido, lo aconsejable es partir de la localidad de San Martín del Castañar hasta Sequeros y realizar el tornaviaje a través de Las Casas del Conde. Ni que decir tiene que cualquiera de estas tres hermosas localidades serranas se basta y se sobra para justificar, por si sola, cualquier paseo a través de un bosque por muy empinado que sea.
Vídeo sobre el sendero Asentadero-Bosque de los Espejos
04-EL CAMINO DE LOS PRODIGIOS. Los campos que median entre Miranda del Castañar y Villanueva del Conde está sembrado de extrañas camas -grandes, pequeñas, gigantes, etéreas, pesadas…-, de frases que se respiran mientras se avanza entre olivos, madroños y alcornoques, de sonidos que llegan desde lo alto de una rama, de animales de piedra que luchan por romper sus huevos, de dragones que acechan… El viaje entre estos dos pueblos vecinos de la Sierra de Francia puede hacerse de muchas maneras, pero si se hace siguiendo la señalización del Camino de los Prodigios será, sin lugar a dudas, un viaje prodigioso de juego y fantasías difícil de olvidar.
Vídeo sobre el sendero El Camino de los Prodigios.
La última de las propuestas incorporadas a este catálogo de caminos y obras de arte sigue siendo tan sugerente como el resto de la colección. Se trata de un circuito de 10 kilómetros de longitud, que pueden hacerse en unas cuatro horas, de fácil realización y señalizado que cuenta, además, con una variante de tan solo 2 km para quien desee realizar un recorrido más corto. Miranda del Castañar es uno de los cinco Conjuntos Históricos de la Sierra de Francia -junto a La Alberca, San Martín del Castañar, Sequeros y Mogarraz-. Acostado sobre una loma que abrazan el río Francia, por un lado, y el arroyo de San Benito, por el otro, destaca por un trazado medieval evocador a más no poder: calles estrechas y empedradas, ceñidas a la montaña sobre la que se acuesta, empinadas pero bien protegidas por su muralla y la torre del castillo.
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