Este sendero de Lanjarón se conoce con el nombre de Ruta acequia de la Cecarta- Huerta de las Monjas. Dicha ruta circular partió y finalizó en la plaza del Ayuntamiento. Del Ayuntamiento salimos a las 10:30 de la mañana hacia el balneario, unos metros después del balneario al llegar a un restaurante (si no recuerdo mal, llamado el Frenazo), giramos a la derecha, aquí comienza la parte más dura del trayecto, un ascenso de unos 40 minutos. Quizá el utilizar las palabras "parte más dura" haga pensar que estos metros de ascensión tienen gran dificultad, pero nada más lejos de la realidad, es un sendero de nivel medio. Continuamos la ascensión por la pista dirección Tello (es un sendero muy conocido y señalizado). En el cruce de "el almendral" giramos a la derecha (Tello se desvía hacia la izquierda) hasta que se termine la pista. En este lugar nos desviamos por un estrecho camino de tierra hasta llegar a la acequia "la Cecarta". El ascenso termina al comenzar dicho camino. A partir de aquí, el recorrido junto a la acequia es prácticamente llano. En esta parte, además de tener unas vistas increíbles, paseas entre castaños, nogales y zarzamoras entre otros. Seguimos junto a la acequia hasta que nos encontramos con un aljibe y una fuente. Comenzamos el descenso en este punto y tras 10 minutos de bajada llegamos a la Huerta de las Monjas. Allí nos esperaba un simpático cocinero preparándonos el almuerzo. Nos ofrecieron amablemente bebidas y comida, cortesía del Ayuntamiento de Lanjarón.
La Huerta de las Monjas es un merendero habilitado con mesas y bancos de piedra y madera. Un lugar de tranquilidad y descanso, donde los niños pueden jugar y correr libremente. Está situado bajo un castañar, cerca de un riachuelo. Es accesible en coche, muy conveniente para las personas de reducida movilidad, que pueden disfrutar de un día de campo con la familia.
A las 14:15 ya habíamos comido y tras una media hora de reposo, continuamos nuestra ruta. El descenso comenzó por la carretera, pero unos minutos después nos desviamos por un camino (difícil de ver para los que no conocen el lugar). El camino es una bajada zigzagueante muy pronunciada , en algunos tramos había que ayudar a los niños. El sendero se encuentra con una acequia, aquí se gira a la derecha. Pasamos un bonito y pequeño puente construido para poder seguir transitando al lado de la acequia. La vereda nos lleva al pueblo.
Como anécdota decir que en dicha vereda nos encontramos un pequeño cortijo que tenía en su parral, aparte de parras, un Kiwi ¡jamás había visto la planta del Kiwi! ¡es una enredadera!. ¿Cómo puede sobrevivir esta planta con el invierno tan frío del barranco de Lanjarón?
El grupo con el que íbamos era muy agradable, la mayoría paisanos del pueblo. Durante el trayecto pudimos conversar con ellos, nos contaron otras rutas del lugar, como la ruta del Caballo, la de Tello,… Algunos formaban parte de peñas de senderistas: "Andarines despistados", "Correcaminos andandete de Lanjarón",…
Quiero finalizar esta entrada agradeciendo a los guías su hospitalidad (no pudimos hacerlo en persona porque nos separamos al llegar al pueblo). Agradecer también a los de Protección Civil, al cocinero, y todos los viajeros, niños y mayores, que nos hicieron pasar ese gran día de campo.
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