El madroño es un árbol de hoja perenne nativo del área mediterránea, costa atlántica y Europa occidental. Se halla por toda la Península Ibérica y Baleares, sobretodo por el litoral mediterráneo, Andalucía, Región de Murcia, Comunidad Valenciana, etc. Aunque no es muy abundante, nos lo podemos encontrar por toda al Alpujarra. Su hábitat natural son bosques o laderas de climas cálidos. Es muy longevo puede llegar a vivir hasta varios siglos. Crece lentamente, mide entre 5 y 10 metros, tiene un tronco escamado de corteza pardo-rojiza, sus hojas verde oscuras son parecidas a las del laurel con los bordes en forma de sierra, las flores son de color blanco rosáceo y aparecen en otoño en forma de ramilletes en los extremos de las ramas. La baya es su fruto, está cubierta por pequeñas verrugas, en un principio es de olor verde pero conforme madura el color pasa por amarillo hasta llegar a ser rojo, tiene un dulce sabor y se recolecta en otoño.
Los usos de este árbol son muy variados. Lo podemos encontrar como planta ornamental en multitud de jardines y parques, la madera de su tronco es mu preciada para los herreros, la utilizan como combustible y para hacer carbón. Su corteza tiene propiedades medicinales, es diurética y además de ser un buen antiséptico urinario y renal. El uso alimenticio es el más popular, su fruto no tiene un gran sabor pero es dulce. Con ellos se hacen confituras, mermeladas, licores,… En España es conocido el licor de madroño alicantino y el aguardiente portugués. Un empleo curioso es el que hacen los libios con las raíces, las utilizan para teñir las pieles de rojo.
Próximamente subiré fotografías de un madroño que encontré en un sendero en la Sierra de Lújar.
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