La ruta comienza en la población de Mataporquera, en el municipio de Valdeolea, importante nudo ferroviario que le otorgó una fuerte identidad durante el pasado siglo y origen de las populares ollas ferroviarias.
El sendero de pequeño recorrido, en rigor no es circular, pero la ruta que os planteamos aquí sí lo será, por lo que resulta apropiado (y recomendable) el uso de vehículo particular. Así, una vez en Mataporquera, a mitad de camino de las poblaciones de Reinosa y Aguilar de Campoo, y casi en la misma divisoria entre las provincias de Cantabria y Palencia, nos dirigimos hacia la iglesia de Santa Eulalia, donde podremos estacionar el coche y desde donde comienza el PR.
Una vez junto a la iglesia nos fijamos en un panel con información de la ruta de los Menhires y el primer cartel indicador del pequeño recorrido que nos marca la dirección y distancia del primer menhir de la ruta: El Cañón.
¡Comienza la aventura del PR-S 61!
Tomando la dirección del letrero pasamos junto a un depósito de aguas donde el piso de asfalto deja paso a la tierra y, sin tomar ningún desvío, cerca de dos kilómetros desde que empezáramos el paseo llegamos hasta el desvío hacia el primer monolito de la ruta: Piedrahita (también llamado El Cañón por encontrarse durante mucho tiempo inclinado, como si de un cañón se tratara).
Tras realizar un par de fotografías al pedrusco, regresamos al camino y nos dirigimos hacia el siguiente megalito: El Peñuco. Apenas lo separa 500 metros desde el Cañón, por lo que no tardamos en llegar hasta él.
Aquí la terminación -uco no significa diminutivo.
Tras pasar por este segundo menhir nos fijamos en un poste señalizador del PR que nos indica por dónde continuar (esta ruta está bastante bien señalizada, aunque el track que encontrarás en la ficha de la ruta resultará de bastante ayuda por si se nos plantea alguna duda en algún punto del itinerario).
Desde aquí, un nuevo letrero de la ruta nos marca la distancia hasta el siguiente monumento prehistórico: El Cabezudo (2,4 km). Tomando el pequeño sendero junto al letrero, en unos 250 metros llegamos a un camino más ancho, cerca de la población de Las Henestrosas de las Quintanillas, cuya iglesia de Santa María la Real vemos cerca del camino.
Siguiendo el sendero, llegamos a un nuevo camino donde giramos a la izquierda, como acercándonos a la iglesia, que vemos ahora de frente. Cruzamos un pequeño arroyo por un puente justo junto al cual un nuevo poste de la ruta nos manda seguir el cauce.
Dice el letrero “seguir el cauce”. Se entiende que a la vera del mismo…
Cerca de 500 metros caminando junto al agua, llegamos de nuevo al camino, por donde avanzamos ahora siguiendo las indicaciones (que básicamente es seguir siempre omitiendo los desvíos). Así, cerca de un kilómetro después llegamos hasta la base de un pequeño cerro sobre el que se eleva el tercer menhir de la ruta, llamado El Cabezudo.
Perfecta señalización a lo largo del PR-S 61.
Regresamos de nuevo al camino que habíamos dejado antes para visitar el megalito y nos dirigimos ahora hacia La Llaneda. Para ello, siguiendo las continuas indicaciones del PR (muy bien señalizado), giramos primero a la derecha y luego a la izquierda para llegar, un kilómetro y medio desde el anterior menhir, hasta el nuevo monolito.
Este menhir tiene la particularidad de no estar hincado en la tierra, sino posado sobre el firme sujeto por una estructura. Un panel junto a él nos indica la razón.
Pedrusco digno del mismísimo Obelixgoitia.
Y seguimos con la ruta. Ahora toca dirigirse hacia La Puentecilla. Para ello tomamos la dirección que marca un letrero junto a la Llaneda y bordeamos una hilera de árboles que se elevan siguiendo el curso de un pequeño arroyo, que cruzaremos por una suerte de puente hecho con piedras. Y frente a este paso vemos ya el menhir La Puentecilla.
Allá asoma algo…
Siguiendo los postes de la luz llegamos a la carretera, donde giramos a la izquierda. Decir que esta zona no está señalizada con indicaciones del PR, por lo que llevar el track de la ruta nos librará de cualquier duda sobre por dónde continuar.
Avanzamos ahora por el arcén de la carretera (de escaso tráfico) hasta pasar, cerca de un kilómetro más tarde, por los menhires de Las Matorras. Un letrero del PR nos indica el punto en el que abandonamos la carretera para alcanzar los monolitos.
Desde estos menhires nace un sendero por donde avanza ahora el PR-S 61 (nuevamente bien señalizado) que en ocasiones nos lo encontramos algo encharcado y con momentos de barro (decir que la ruta la hicimos en época de lluvias, en verano seguro estaría mejor).
Primera cigüeña. Nos acercamos a Reinosilla.
Siguiendo este sendero salimos a la carretera por donde avanzamos ahora unos metros, hasta llegar al desvío hacia Reinosilla, donde habita una importante colonia de cigüeñas.
Atravesamos el pueblo y nos encontramos con un letrero hacia el último menhir de la ruta: Peñahincada, que lo alcanzamos siguiendo por un camino a unos 700 metros desde Reinosilla.
Peñahincada, aquí termina el PR-S 61.
Llegados a este punto toca realizar el camino de vuelta hasta Mataporquera. El plan consistirá en volver a pasar por Reinosilla y tomar después la carretera pasando por Casasola hasta llegar a una curva, casi 1,5 km desde Casasola, donde abandonaremos el asfalto, tomando un desvío a la izquierda.
Este camino que tomamos seguirá al principio el recorrido del PR-S 69, cuyas marcas nos servirán de guía. Así, unos 750 metros desde que dejamos atrás la carretera, llegamos a un puente sobre el río Camesa, que cruzamos.
Cruzamos el río Camesa.
Unos metros después de cruzar el puente, nos encontramos con un sendero que nace a la derecha del camino que veníamos siguiendo, por donde caminamos ahora. Un kilómetro andaremos por este sendero de tierra, hasta llegar a un cruce de caminos, donde giraremos a la derecha (omitiendo el que sigue de frente y el que gira a la izquierda).
Cruzamos un puente sobre el arroyo y pocos metros después, tomamos un desvío a nuestra izquierda. Entramos ahora en una zona pantanosa entre la que discurre el sendero, que está seco, salvo algún pequeño charco que no planteaba ninguna dificultad.
Bonito el humedal.
Llegamos a una carretera que cruzamos siguiendo de frente por el sendero al otro lado del asfalto para llegar, 250 metros más adelante, a un camino por donde caminamos ahora tomando el sentido de la izquierda.
Este sendero nos llevará hasta el camino de tierra que tomamos al principio de la ruta, el que nacía tras el depósito de aguas. Así, en cuanto lleguemos al camino, tomando el sentido de la izquierda no tardaremos en llegar de vuelta a Mataporquera, dando por finalizada esta ruta por los menhires de Valdeolea.
Ficha de la ruta
Distancia: Casi 20 kilómetros.
Duración: Unas 6 horas, con breves pausas en cada menhir y parada también para comer algo.
Comentarios: La ruta está bastante bien señalizada. El único punto no señalizado es entre La Puentecilla y Las Matorras. Para la vuelta, al realizarse al margen del PR y tener varios cambios de dirección, es recomendable el uso del GPS y del track de la ruta. También indicar que en Reinosilla, siguiendo un poco la carretera al llegar al final del pueblo, en el punto en el que la carretera cruza un arroyo, sobre este hay una enorme losa de piedra a modo de puente, que se cree pudo pertenecer a algún dolmen o monumento prehistórico.
Más información
Fotos (Facebook): https://www.facebook.com/biendealtura/photos/?tab=album&album_id=1154660327910928
Track (Wikiloc): http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=13906301