Nos encanta hacer escapadas de fin de semana, normalmente por la montaña. Se trata de rutas no muy difíciles ni muy largas, ya que mi hijo pequeño todavía tiene cinco años. Con las mismas, hace un par de semanas ya, con el otoño en todo su esplendor, decidimos tomar la carretera de Puerto Ventana e ir al hayedo. Impresionantes los colores de las hayas en otoño.
La ruta es sencilla, discurre por una pista forestal con buen firme, tiene pocos desniveles para lo que es Asturias, e, ida y vuelta son poco más de 8 kilómetros.
Al inicio de la misma y a lo largo de unos 500 metros dispone de una pasarela adaptada para minusválidos.
El día era perfecto, despejado, con una temperatura muy agradable. El bosque, en todo su esplendor otoñal, impresiona a ambas orillas del camino. Los distintos matices de verde, amarillo, naranja, ocre, marrón, de las hojas de las hayas conmueve los sentidos.
Pero no solo nos encontramos con estos árboles. Salpicando el camino, dándole más realce, podemos admirar ejemplares centenarios de castaño. Una belleza con sus ramas gruesas y retorcidas.
Y al final del camino el premio: la cascada del Xiblu, a la que hay se accede con un poco más de dificultad.
Ahora quedaba desandar el camino y seguir disfrutando del paseo y el paisaje.
Si queréis más información de la ruta podéis obtenerla aquí. Personalmente la recomiendo y os invito a todas a que la conozcáis.