Sinopsis: Gregory Maguire combina la leyenda del origen del Cascanueces con la vida de Drosselmeier, su creador.Tras transportar a sus seguidores a Oz gracias a Wicked y al País de Nunca Jamás con After Alice, Maguire nos lleva en esta ocasión a los reinos de los Hermanos Grimm y E.T.A. Hoffman, a la encantada Selva Negra de Baviera y a los salones de Múnich. Hiddensee trata los orígenes del Cascanueces: ¿cómo se talló esta fascinante criatura? ¿Cómo acabó guiando a una niña enferma llamada Klara a un paraíso de ensueño en Nochebuena?
Reseña: Tengo que empezar la reseña comentando que conocí la obra de Gregory Maguire gracias a su revisión de El mago de Oz en su obra Wicked, una de mis novelas de fantasía que más he disfrutado. Por lo que cuando la editorial me ofreció reseñar Hiddensee, ni siquiera sabía de qué iba la historia, fui "a muerte" con ella. Que sí, que era algo sobre el Cascanueces sí que lo sabía, pero en el fondo sabía que era una vil excusa para que el autor desarrolle una nueva historia, tal y como hizo con la bruja Elphaba.
Tal vez las expectativas de encontrar un retelling del cuento del Cascanueces es lo que provoca críticas tan bajas en Goodreads, porque si no, no lo entiendo. He llegado a ver comentarios que lo tildan de "basura", y creo que en absoluto hemos leído el mismo libro. Porque a ver, Hiddensee está claro que en el fondo no un es una novela de fantasía como tal, a pesar de la premisa en la que se basa, es decir, el relato de "El cascanueces y el rey de los ratones" de Hoffmann puede dar pie a pensar que vas a encontrar un relato lleno de magia, aventuras y fantasía.
Pues va a ser que no.
Aunque la primera frase del libro es "Érase una vez un niño que vivía en una cabaña en las profundidades del bosque con una anciana y un anciano como única compañía" y que el inicio tiene el sabor a cuento clásico, a medida que Dirk, el niño protagonista va avanzando en su historia considero que el tema de la fantasía se va diluyendo hasta convertirse en una historia de búsqueda de la identidad y de la pérdida de la infancia con un regusto mágico que queda en el fondo de la obra, como la música del violonchelo que logra emocionar a Dirk. Siempre está ahí, pero al final da la sensación de que no es lo más importante de la novela.
Una vez abandona la cabaña en el bosquecillo, su único hogar conocido, Dirk se encontrará con diversos personajes que le darán una visión ampliada del mundo que le era desconocido, como el Pfarrer Johannes, que le otorga un apellido que puede resultarnos familiar a los amantes del relato del Cascanueces: Drosselmeier.
Cuando crecemos dejamos atrás el mundo de magia y fantasía, pero siempre nos queda dentro una chispa escondida dentro de una cáscara de nuez. Y puede que necesitemos la ayuda de un aguerrido cascanueces para romperla y volver a ser felices.
Como es habitual, agradecer la labor de la traductora, Carla Bataller, gracias a la cual podemos disfrutar de todo el esplendor de la obra de Maguire.
En resumen: Una interpretación de la vida de Drosselmeier, el juguetero creador del cascanueces a través de una historia original, a caballo entre el mundo real y el onírico de un mundo de cuento de hadas al que recomiendo acercarse sin esperar un cuento fantástico de hadas ni de ratones; lo más sabio es dejarse llevar por la novela de Maguire como hace Dirk al escuchar a Felix tocar el violonchelo.