Conoceremos a dos personajes totalmente opuestos, pero que tendrán la fatalidad de encontrarse en un terrible accidente: Kazuhiro Kubota, un padre de familia, y Tayuka Onodera, un joven motorista. La culpa del accidente la tiene Kazuhiro, que debido al exceso de trabajo, circula sin prestar atención en su coche cuando se lleva por delante a Tayuka... pero éste consigue sobrevivir, aunque queda en coma, no como Kazuhiro, que muere en el acto.
Pero por increíble que parezca, quien despierta del coma en el cuerpo de Tayuka no es otro que Kazuhiro, que utilizando el cuerpo del joven, tratará de acercarse por todos los medios a su familia. Y es que quiere aprovechar esta "oportunidad" a toda costa. Aunque cuando la conciencia de Tayuka empieza a emerger, queda claro que ambos no pueden coexistir y Kazuhiro debe aceptar que ha llegado la hora de irse definitivamente...
Mientras es Kazuhiro la "voz cantante", y se recupera en casa de la familia de Tayuka, que dan por buena la explicación de que tiene amnesia y que por tanto no alberga recuerdos de ellos, tratan de hacer su vida lo más agradable posible, incluso la madre valora este nuevo carácter "más adulto". Y es cuando Tayuka vuelve a su cuerpo cuando se ejerce un interesante diálogo interior entre el hombre y el joven acerca de su familia tras haber visto la situación desde una perspectiva algo distinta.
El componente dramático es parte importante de la historia, y el esperado "reencuentro" de Kazuhiro con su familia, cuando al fin creen que ese joven alberga el "espíritu" del hombre es de lagrimilla total.
El estilo de Jiro Taniguchi es siempre claro, un manga muy "limpio" visualmente, personajes expresivos y llenos de carácter, y además al tener un sentido de lectura "occidental" lo hacen especialmente recomendable para introducir a lectores no acostumbrados al manga en el mundillo.
Sin duda, un manga que os gustará, aunque no ha conseguido desbancar a mi "top" de favoritos de este autor.