No puedo ocultar mi debilidad por las historias de Jiro Taniguchi. Obras como Barrio lejano, La montaña mágica o Un zoo en invierno puedo recomendarlas con los ojos cerrados, y poder ir descubriendo las obras anteriores del autor poquito a poco me encanta.
Hoy os traigo Los años dulces, obra dividida en dos tomos y que adapta la novela de Hiromi Kawakami El cielo es azul, la tierra blanca en la que se narra el reencuentro entre Tsukiko, de treinta y siete años con su antiguo profesor de lengua japonesa en una taberna. Lo que se inicia como encuentros casuales en la taberna, donde descubren que comparten gustos gastronómicos similares y una afición al sake, se establece una peculiar relación de amistad en la que a través de la comida y pequeñas charlas de todo y nada a la vez Tsukiko descubre, tras una discusión absurda por béisbol, que el encuentro con el profesor es lo que está dando sentido a sus días.
Con la delicadeza que le caracteriza, Taniguchi adapta una bella historia de relaciones humanas, sentimientos y profunda carga psicológica, ideal además para iniciarse en el manga ya que como hemos comentado alguna vez, sus obras aquí se han adaptado al sentido de lectura europeo, algo que facilita las cosas a los recién llegados al manga.
Entre sus viñetas aprenderemos sobre gastronomía japonesa (algo que más adelante se profundizará en los tomos de El gourmet solitario) tradiciones y costumbres, de la mano del profesor y su antigua alumna en un cómic en el que parece que a veces no pasa nada relevante, pero eso que estamos leyendo, es la vida misma.