La noche estaba despejada, hacía mucho frío pero el viento se había llevado todas las nubes. Llegamos al Empire State y había bastante fila, nos llamó la atención porque en el Top of the Rock no habíamos cruzado tanto turista. Nos olvidamos de un pequeño detalle, era San Valentín! Más allá del romanticismo que puede generar tener esas vistas geniales de la ciudad, en la película Sintonía de Amor (Sleepless in Seattle), Meg Ryan y Tom Hanks sin conocerse se encuentran en el Empire State el día de San Valentín. La peli es una clásica comedia romántica de los 90′ y parece que mucha gente quiso imitar lo de pasar el día en este icónico edificio.
Pasamos la seguridad, es tipo aeropuerto, hay que pasar las mochilas por un scanner, y nos pararon. Me piden que abra la mochila porque en el scanner veían algo raro: los vinilos! Desarmé el empaque de los mismos y después de revisarlos nos dejaron pasar.
Antes de subir hay una exposición que te muestra como se fue construyendo, los plazos para cada parte, un diagrama de Gantt con los tiempos planificados y un montón de datos más sobre la construcción del rascacielos. Está muy bueno, al menos para nosotros que somos ñoños, ver los documentos con el detalle de cantidad de empleados haciendo cada cosa, los materiales que usaban y los tiempos planificados.
Llegamos a los ascensores y subimos hasta el piso 86, este piso es el que está incluido en todos los pases de atracciones. Si quieren subir al piso 102 tienen que pagar un pase VIP. Nos quedamos unos minutos viendo la ciudad desde adentro, tomamos coraje y salimos a la plataforma de observación exterior.
El Empire State y su vista vista 360º
El Empire State tiene una vista 360º y la verdad que ver iluminada la ciudad es algo hermoso. El viento nos estaba matando, hacía tanto frío que veíamos como se creaba la escarcha en los vidrios que rodean el mirador. Sacamos algunas fotos, salieron bastante malas porque estábamos temblando de frío y porque sacarse los guantes para sacar una foto era bastante tortuoso.
Entramos para entrar en un poco en calor y volvimos a salir para intentar sacar algunas fotos más y disfrutar de la vista. Ya con muuuucho frío decidimos terminar la visita. Pasamos por la tienda de regalos chusmeando los productos, elevados los precios para algunas cosas que podías conseguir afuera a precios menores.
Fuimos para el lado de Times Square para cenar algo y todos los restaurantes tenían mucha espera, San Valentín es muy importante para esta gente y estaba todo lleno de gente. Volvimos caminando al hotel, de pasada compramos unas cervezas y unos sanguches en un deli y a comer en la habitación calentitos y sin todo el kilombo de gente.
El frío seguía azotando pero conocer Nueva York con nieve es una experiencia fría pero hermosa y además ¡¿Quién nos quita lo viajado?!
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