(lista de música que hice estando ahí)
Cuando volví de Montreal, todo fue muy deprisa. Primero pasé dos semanas en Andorra que no me dejaron pensar mucho con tanta visita. Luego, me volví a Sevilla, donde tenía exámenes. Pero poco a poco me fui dando cuenta que me había dejado parte de mi corazoncito ahí. Y montando el vídeo que concluye mi experiencia, tuve que parar unas cuantas veces si no quería empezar a llorar (sí, desde que fui a Mtl, aprendí a llorar sin haber bebido ni una gota de alcohol)
Bien, pues eso ¡destapemos mitos de un intercambio! O no…
Todo aquel que se va de intercambio, vuelve con otra mentalidad.
VERDADERO – Por lo menos en mi caso. Me fui medio llorando porque, aparte de que odio mi carrera, tenía en la cabeza que no iba a llegar a ningún lugar. Cada vez que decía que quería hacer algo, venía alguien que me decía que frenara, que pusiera los pies en la tierra, que la vida no es tan de color de rosa. Pero estando ahí aprendí que tienes lo que quieres, ni más ni menos. Y se puede tener todo. Aprendí que hay alternativas, que no todo es tener un buen puesto de trabajo, ni dinero. Que al final nos vamos de esta vida sin nada. Y que si no arriesgas no ganas. Que sí, son las típicas frases inspiradoras de Facebook que todo el mundo comparte pero que en el fondo nadie se las cree. Yo he empezado a aplicármelas.
Todo aquel que se va de intercambio, se queda atrapado en él.
VERDADERO – No hay día en el que no recuerde una anécdota que me pasó ahí. Y la verdad, cuando volví pensé que a todo el mundo le gustaría escuchar mis historias. Es un país nuevo, costumbres diferentes, pero NO. A nadie le interesa. Precisamente, aquellos que más querían saber de mis historias, son las mismas personas que también se beneficiaron de una beca de este estilo. Los que no, no quieren saber que hiciste. Nunca lo entenderé. Sé que puede llegar a ser pesado, lo entiendo, pero es algo importante que te ha pasado en la vida, es imposible que no te deje marcado. Así que te das cuenta de que ya no encajas tanto con tus antiguos amigos.
Todo aquel que se va de intercambio, se enamora.
FALS….VERDADERO – Y mil veces si hace falta. Yo llegué el 28 de diciembre, pues el 31 ya había llorado por amor. Eso sí, cabe recordar que era fin de año, y que en Canadá antes de que dieran las 12 (no, no hay campanadas) ya íbamos todos limpiando el suelo. Pero vamos, esa fue una de las tantas anécdotas amorosas. De ahí a que volví con novio, que aunque fuera breve la relación, ya que la distancia es mala, es algo que siempre recordaré.
Eso viene de que vas con la mente preparada para vivir una experiencia única y sabiendo que acabará, así que aprovechas más el tiempo, y no te paras a pensar si esto funcionará o no, así que actúas. Los prejuicios se quedan en casa.
Todo aquel que se va de intercambio con pareja, le es infiel.
No comento. Lo que pasa en el intercambio, se queda en el intercambio.
NdE: Yo fui soltera.
Todo aquel que se va de intercambio, conoce gente de todos los países.
Tan verdadero como que conocí alguien del mío. Y mira que encontrarte a un andorrano en una biblioteca tiene que ser coincidencia pura. Pues son cosas que pasan, y todo gracias a que él llevara un jersey patrocinado por empresas andorranas. A parte, es verdad que conoces gente de países que ni siquiera sabías que existían.
La conclusión es que no hay mitos de un Intercambio/Erasmus. Todo lo que te cuenten, es verdad. Es una experiencia única. Y muchas veces no la vives de manera frenética, pero aún así, te cambia la vida.
Con esto cierro mi etapa en Montreal. Ojalá pronto tenga más artículos sobre esta ciudad, porque eso querrá decir que vuelvo, de momento os dejo con este vídeo recopilatorio.