Básicamente, el parque Xcaret busca enaltecer los aportes artísticos, naturales y culturales que este país centroamericano ofrece al mundo. Desde un juego de pelota Maya, hasta un recorrido subacuático, México ofrece a sus visitantes, constantes asombros y recargas de alegría de célebre colorido que lo convierte, hoy por hoy, en uno de los mejores destinos turísticos del planeta.
Juego de pelota
Conocido como el predecesor del deporte que aglomera mayor fanaticada y devoción deportiva a nivel mundial: el fútbol, la pelota Maya, un juego de pelota que se jugaba en las civilizaciones mesoamericanas de México y Guatemala hace más de 1400 años, es parte del espectáculo que ofrece el parque Xcaret con una representación de este juego ancestral.
Aunque se conocen diferentes versiones de la pelota Maya, sus fines tenían trascendencia ritual para los pueblos precolombinos, y podía ser utilizado incluso para dirimir disputas entre sus jugadores, con la consecuencia de que al final del partido el equipo perdedor recibía pena de muerte, costumbre que por suerte ha quedado relegada únicamente a los libros de historia.
La pelota, que simbolizaba el sol, debía permanecer en movimiento sin tocar el suelo, para lo cual los jugadores se valían principalmente de sus caderas, con las que golpeaban balones de hule de hasta 4 kg de peso. Las anotaciones se marcaban haciendo pasar este balón por elevados aros, en representación de los ciclos y trayectorias de los astros: el sol, la luna y venus.
Entre sus múltiples representaciones culturales, el parque Xcaret ofrece la muestra de su riqueza musical acompañada por grupos de danza, hermosamente ataviados con las piezas correspondientes a cada región. Desde la animosa Jarana Yucateca, El huapango Veracruzano y, por supuesto, los Mariachis, disfrutarás de toda la riqueza musical de México.
La mezcla entre ritmos indígenas y su progresivo enriquecimiento con la llegada de los colonizadores españoles, devino en una serie de apropiaciones sonoras que generaron formas interpretativas inéditas, características de cada región del país. A su vez, estas fueron transformándose en ritmos populares que llegan hasta nuestros días.
Un espectáculo de mariachis, como el que puedes presenciar en Xcaret por ejemplo, se desarrolló en un grupo de regiones, de manera más o menos simultánea, hacia mediados del siglo XIX entre Zacatecas, pasando por Guanajuato, Sinaloa y Guerrero. Luego, con el paso de los años, hacia la década de los 30 en el siglo XX, se conformó en el género que hoy conocemos, con sus formas estilísticas y de vestuarios popularizadas por la época de Oro del cine Mexicano.
Juan Gabriel, Jorge Negrete, Pedro Infante, Vicente Fernández, son algunos de los exponentes más famosos de este Género ampliamente reconocido por su vestuario y sombrero de Charro, pueden encontrarse agrupaciones de Mariachis a lo largo y ancho del globo terráqueo interpretando éxitos como: Volver, la Bikina, Si nos dejan, Que te vaya bonito, Me gustas mucho, entre otras.
Día de muertos
La reproducción de un cementerio Maya en las instalaciones del parque Xcaret cumple varias funciones recreativas, ya que más allá del aspecto que podríamos considerar funesto en el hecho de morir, para los Mexicanos, estos espacios sagrados cumplen con la función de servir para venerar, recordar y celebrar la vida de sus seres queridos que dejaron el mundo de los vivos.
El Día de Muertos, celebración que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México por la Unesco, parte de un culto a la muerte celebrado en Centroamérica desde tiempos precolombinos, en los que se consideró la muerte como el triunfo sobre rivales, la renovación y la continuidad de la vida.
Estos ritos y tradiciones coinciden con la fecha de celebración de Halloween, festividad similar de origen celta y cristiano, con la diferencia de que en México se rinden honores a los difuntos de la familia mediante el armado de complejos altares, con hermosas calaveras de azúcar, sus alimentos favoritos, velas y flores para un colorido resultado que nos hace apreciar aún más la durabilidad de los lazos de amor familiar que, como resulta obvio, van más allá de la muerte.
Para alegría de cultores y admiradores de la artesanía, Xcaret cuenta con un Museo de Arte Popular Mexicano, en el que podrás descubrir la magia y la variedad de la paleta de colores de México a través de sus intrincadas artesanías.
Nativos de Oaxaca, los alebrijes son criaturas quiméricas fantásticas y repletas de color, cuyo creador, el artesano Pedro Linares, cayó enfermo en 1930 y cuenta que en convalecencia, alucino con “Burros con alas de mariposa, un gallo con cachos de toro y un león con cabeza de águila” al recuperarse comenzó a darle vida a estos peculiares animales, hechos en cartón o tallados en madera, logran un atractivo surrealista que rescata la ternura del arte Folk.
También de Oaxaca, las piezas esculpidas en barro negro, como herencia de los zapotecas, muestra en sus ollas y vasijas, todo el conocimiento de las tradiciones indígenas de alfarería. En esta misma línea pero de creación más reciente, encontramos las Talaveras Poblanas, con posible influencia andaluza, que lucen en sus esmaltes y azulejos los más bellos diseños mexicanos. Otra parte de la exhibición cuenta con brillantes y aterciopelados sombreros de charro,
Al final, encontrarás la ansiada tienda de recuerdos para que puedas llevar contigo un poco del encanto de tu viaje y atesorar la experiencia que buscamos ofrecerte, en cada visita al parque Xcaret. ¡Te esperamos!
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