Tour Xcaret a Chichén Itzá
Chichén Itzá, que en Maya significa “Boca de los pozos de los brujos del agua” es un conjunto de construcciones prehispánicas, considerado por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad debido a la precisión y despliegue arquitectónico con el que fue levantado. Ubicado en la municipalidad de Tinúm en Yucatán, está abierto a visitas los 365 días del año para dar la bienvenida a cada uno de los entre 3600 y 8000 turistas que asisten de acuerdo a la temporada.
Considerado un sitio sagrado de gran importancia para la civilización Maya, Chichén Itzá despliega los progresos arquitectónicos de sus constructores a medida que dieron vida a cada una de las imponentes estructuras que lo conforman. Debido a la influencia Tolteca y la diversidad de pobladores que fueron concentrándose en la ciudad conformada a su alrededor, pueden apreciarse varios estilos que coexisten en las obras más contemporáneas.
Ofrendas Sagradas: Una experiencia arqueológica
La geografía Yucateca está caracterizada por la presencia de numerosos ríos subterráneos. La capacidad erosiva del agua junto a un proceso de acidificación por cambio de PH, produce que las rocas calcáreas sedan en formas impresionantes, creando lo que en espeleología se conoce como dolina y que podemos describir como una especie de cueva cuyo fondo contiene un mundo en sí mismo.
Lagos alimentados por agua dulce y salada dan origen a vegetación y fauna impresionantes que conforman un sistema de Cenotes en la península de Yucatán, que también pueden ser visitados en rutas de Xcaret, dos de ellos presentes en Chichén Itzá, fueron adorados por la cultura Maya como dadores de vida a los que, entre otras ofrendas, les presentaron vidas humanas que aplacaran su furia.
El cenote sagrado de Chichén Itzá es completamente abierto y quizás menos impresionante que otros cenotes de Yucatán, sin embargo, la conexión mágica entre las construcciones de Chichén Itza y el cenote sagrado era fuertemente respetada por los pobladores. Sus aguas sólo conocían la veneración de las ofrendas para el dios de la lluvia Chaac, para consumo, riego y zambullidas los Itzáes utilizaban el cenote vecino, Xtoloc, cuyo nombre puede ser traducido como “Iguano”.
Una de las controversias que surgieron al proclamar el valor histórico de Chichén Itzá, fue que antiguos propietarios del terreno sobre el cual ahora transitan turistas, habían instalado sistemas de drenaje para extraer las ofrendas y riquezas que centenares de rituales habrían acumulado al fondo del cenote al pasar un milenio.
La venta de estas riquezas a principios del siglo 20 culminó en una querella con los compradores que aceptaron vender al gobierno Mexicano las tallas y piezas arqueológicas de ónix, jade y esmeraldas que aún siguen siendo encontradas al fondo de ese pequeño abismo.
Los vestigios mayas de Chichén Itzá, se cree que fueron gobernados por un grupo conformado de representantes de cada linaje ancestral que hizo vida en la zona. El grupo de construcciones cumplía una función social, religiosa y política.
Más de 20 estructuras puedes visitar durante el recorrido: El observatorio estelar circular también llamado Caracol, la plataforma de Venus, las mil Columnas, Conjunto de las Monjas, Plataforma de Águilas y Jaguares, el Templo del Norte y por supuesto el icónico templo de Kukulkán o Castillo, son sólo algunas de las más importantes.
La plataforma de Venus
Con 4 metros de altura, la plataforma de Venus es quizás una de las estructuras más sencillas, no por eso menos importantes, que componen el complejo arqueológico. Decorado con escalinatas para acceder a la cuadrada superficie, recibe su nombre por las estrellas que le decoran ya que pueden interpretarse como el planeta Venus, representado por grabados de flores en cuyos pétalos pueden encontrarse símbolos de poder, bajorrelieves de trenzas, serpientes emplumadas, jaguares, y representaciones de Kukulcán-Quetzalcóatl.
La pelota Maya
Con diferentes versiones y formas de juego, los ciudadanos Itzáes ya disfrutaban de forma ancestral de fútbol: La pelota maya. Dos campos de juego están presentes en el territorio Chichén Itzá, revelando la importancia que tuvo esta forma de “juego” en la cultura prehispánica. El juego, que consistía en hacer pasar una pelota de 4 kilos a través de un aro colocado a gran altura, mientras los jugadores de dos equipos se la pasaban con golpes de cadera.
Comida yucateca
La majestuosidad de Chichén Itzá se conservó no sólo en sus construcciones sino en el saber gastronómico regional. La cocina tradicional de la península yucateca, mezcla la fusión de elementos españoles y mayas con un gusto que conserva el encanto y picor tradicional.
Hijos del maíz de acuerdo al libro sagrado Popol Vuh, los Mayas desarrollaron gran cantidad de platillos con este cereal ancestral: tortillas, tacos de cochinita pibil, salbutes, son sólo algunos de los platillos a degustar en la región. Otros elementos como el chile, la cebolla morada y el cerdo son constantes en cada preparación.
Finalmente, lo que podríamos considerar el pináculo de los logros de la civilización Maya, más allá de su avanzado Calendario o incluso sus construcciones, está un elemento presente en cada celebración y ocasión especial de nuestros tiempos: el chocolate. De gran valor para esta civilización, llegó a ser utilizado como moneda y era alimento de los héroes de guerra.
Su nombre científico es Theobroma Cacao puesto que los mayas consideraban a este alimento la comida de los dioses y, aunque lo preparaban de una forma muy diferente a la actual, fueron los primeros en prepararlo.
El champurrado es la preparación con chocolate más constante a lo largo del territorio mexicano, sin embargo puedes encontrarlo en otros platillos como el mole, los tacos y, para los más valientes: alacranes en salsa de chocolate.
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