Esta tendencia se denomina oleoturismo y tiene gran arraigo con el medio natural. Se basa en conocer las propiedades y características del aceite de oliva, visitar localidades donde se asienta la tradición, disfrutar catas e, incluso, aprovechar las maravillosas cualidades que este preciado líquido aporta en materia de cuidado personal como sesiones de masajes o hidratación corporal.
Ruta de los mejores olivares en España
Jaén: Si bien toda Andalucía es conocida por la producción del oro líquido, Jaén se lleva la palma dentro de la industria, de hecho, se puede decir que aceite de oliva y Jaén son sinónimos. En esta provincia el aceite de oliva es el hilo conductor de la vida diaria de sus habitantes y de los turistas que la visitan. Su paisaje lo conforman cortijos olivareros rodeados de extensos campos y se respira tradición y artesanía en cada esquina.
La Ruta del Olivo se ha convertido en una estupenda manera de conocer la cultura olivarera jienense. Son 60 kilómetros de ruta entre campos de olivares ubicados en el Parque Natural de Sierra Mágina que permite disfrutar de las actividades ligadas al cultivo del olivo y a su proceso de transformación al completo hasta la obtención del preciado líquido. Las catas de distintas variedades de aceites son uno de los aspectos que más triunfan en todo Jaén, no solo en esta ruta.
Todo Jaén es aceite, en la zona encontramos que Baeza tiene también especial renombre en el sector a pesar de ser más conocida por albergar la sede de la academia de la guardia civil. A solo 8 kilómetros de Baeza se sitúa el Museo de la Cultura del Olivo en el que el visitante se maravillará con todos los aspectos que rodean al oleoturismo, especialmente impactante es ver una almazara en funcionamiento.
La Vía Verde del Aceite es una ruta pensada para realizar en bicicleta o caminando. Son 60 kilómetros que parten de la propia ciudad de Jaén y se van adentrando por la sierra atravesando localidades como Martos o Torredonjimeno y sus extensos olivares.
Islas Canarias: aunque no tiene mucha tradición en el mundo de la oliva, merece una mención en esta ruta por la singularidad que representa. Las islas Canarias son uno de los destinos turísticos por excelencia debido a su perfecta combinación de sol y playa. Más allá de hoteles, apartamentos de VillaGranCanaria o chiringuitos, encontramos que sus tierras de origen volcánico son bastante idóneas para el cultivo de la oliva. Antiguamente los olivos que se plantaban tenían la finalidad de proteger otro tipo de cosechas del viento típico en las islas, pero de un tiempo a esta parte, han sabido sacarle el máximo provecho.
El oleoturismo en el archipiélago está asentándose de forma sorprendente, ya que los entendidos en la materia encuentran que las propiedades volcánicas de la tierra proporcionan matices peculiares al aceite de oliva cultivado allí. Se trabajan distintas variedades de aceite como arbequina, arbosana, picual o verdial, todas ellas con gran calidad.
Ruta de Oleoturismo en Grecia e Italia
Fuera de nuestro país, encontramos que los mayores productores de aceite de oliva son Grecia e Italia, también receptores de adeptos al aceite.
En Grecia, las áreas de Creta y la península del Peloponeso son las que concentran la mayor parte de la producción. En estas zonas hay diversas actividades encaminadas a promover la identidad del aceite mostrando todo el proceso productivo y las connotaciones culturales que acarrea. Los griegos ven en este perfil de visitantes la manera ideal para ser un destino en auge aún fuera de la temporada alta. Los amantes del oleoturismo encontrarán paisajes idílicos y experimentarán en sus paladares un tipo de aceite de oliva que se elabora con aceitunas que aún no han llegado a su punto de maduración: el agourelaio.
En Creta, merece una mención especial el Monasterio de Agia Triada o de Tzagarolon con sus imponentes dependencias, su antigua prensa y sus amplios campos cultivados que son el origen de un excelente aceite orgánico.
En Italia, las zonas productoras por excelencia son Calabria y Apulia y se diferencian de las del resto del país por tener un carácter más fuerte y un sabor más intenso. La verdad es que la tendencia del oleoturismo aún no ha cogido mucho fuelle allí, pero las catas y exposiciones son comunes en estas zonas, sobre todo en la comarca del Salento, donde los olivos se sitúan casi al lado del mar. Es típico poder visitar las plantaciones para conocer todo el proceso que va desde la poda hasta la recogida y, posteriormente, hasta el consumo.
¿Te animas a iniciarte en el oleoturismo? ¡Una de las maneras más sabrosas de viajar!
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