El Castillo dUsse o de la Bella Durmiente está en el Valle de Loira, Francia, y si bien es cierto que se encuentra un poco más alejado de los más famosos, como el de Chambord o Chenonceau, no puedes dejar de visitarlo con tus hijos para hacerles partícipes de este increíble cuento.
Mira que son bonitos estos castillos y, como os comentaba en otro post, es muy difícil deciros cual me ha gustado más, pero una cosa sí sé, y es que éste tiene que ser uno de tus imprescindibles si decides ir al Valle de Loira de vacaciones con tus hijos. El año pasado escribí un artículo donde te comentaba que el Castillo de Chenonceau era el que más me gustaba para ir con ellos, pero claro, no conocía éste.
La entrada al Castillo, para disfrutar de él por fuera y por dentro, incluidos los jardines, cuesta 17 euros y, lo primero que vas a ver en cuanto subas hacia él, será una puerta en una de las torres con una placa que pone algo así como 'aposentos de la Bella durmiente', así que como te puedes imaginar, subir hacia ellos fue lo primero que hicimos en esta visita que describiría como 'temática'.
A diferencia del castillo que hay en Disney, este no tiene tapices ilustrando la historia del cuento, este tiene verdaderos escaparates decorados con increíbles maniquís vestidos de impresionantes trajes y una decoración que desde luego no deja indiferente a nadie. ¡Es espectacular!
Cada habitación nos cuenta una parte del cuento y te puedo asegurar que gracias a lo espectacular del vestuario, del sonido y de las luces que adornan el decorado, te metes verdaderamente en el papel, así que mi hija, a medida que íbamos avanzando por la torre, me iba cogiendo más fuerte la mano un poco 'miedosa' sabiendo que de un momento a otro nos íbamos a encontrar con Maléfica.
El aposento de Maléfica se hace esperar, está justo al final de la torre, y la verdad que impresiona bastante, ver cómo está allí preparando su nuevo conjuro frente a su fiel amigo el cuervo.
La visita a la increíble torre de la Bella Durmiente ha terminado. ¡Qué bonita experiencia!, pero la 'cosa' no acaba allí, todavía nos queda mucho por ver en otra zona del castillo, así que bajamos de la torre dispuestos a dejar que nos siga dando sorpresas.
Descubrimos una vez más, que éste no es un castillo como los otros, resulta que además en sus grandes salones hay preciosas exposiciones de verdadera moda de diferentes épocas, y este año 2017 le ha tocado el turno a la moda del los años 20. ¡Qué bonito!
Una vez disfrutamos de todos los salones, salimos para ir a las cuidadas caballerizas donde también encontramos una exposición con carros de la época.
Impresionante, de cuento, 'nunca mejor dicho', bonito, cuidado con todo tipo de detalle, ubicado en un coqueto pueblo y entorno maravilloso.
El Castillo dUssé es y perdona la expresión.... ¡Una 'pasada' para ir con tus hijos!
No podemos irnos del pueblo sin entrar a una de sus tienditas de souvenirs, cómo no inspirada en la más bella de los cuentos, 'seguro que compro algo', aunque ya solo el haber tenido la oportunidad de conocer este castillo con mi hija, ha sido un verdadero regalo.