No sé si lo sabréis o no. Pero entre el montón de cosas que me apasionan: ¡están los cactus y los pájaros! Para nada aspiro a ser una experta en el tema, y me conformo tan solo con observarlos o fotografiarlos de vez en cuando. Alguien que me conoce muy bien, me regaló en mi último cumpleaños una guía de pájaros norteamericanos. Justo de esas, en las que se especifica al detalle: dónde viven, cómo son y lo mejor: ¡cómo avistarlos! Os imaginaréis que en cuanto descubrí la de colibrís -aquí conocidos como Hummingbirds- que habitan los desiertos del sur de Arizona, mis ojos: ¡empezaron automáticamente a hacer chiribitas cuanto menos desorbitados!
Como os decía en el post anterior, el cuarto día de aventura comenzaba en Flagstaff. Después de disfrutar de un desayuno casero mientras conversábamos con el resto de huéspedes de nuestro alojamiento, nos pusimos en marcha. Nos esperaban un par de horas de coche por delante hasta llegar a nuestro próximo destino: ¡Phoenix! Una ciudad un tanto singular y de esas que no se ajustan para nada: ¡a la idea de gran metrópoli que los europeos acostumbramos a imaginar! Llegar hasta ella, a través de esas infinitas autopistas en las que predominaban los cactus a ambos lados de la carretera: ¡fue espectacular! La idea era parar para almorzar y de paso, llevarnos al menos una impresión de la capital. Hicimos el *lunch* al más puro estilo americano, en el restaurante *Matt´s Big Breakfast* . Aluciné porque estaba dispuesto como dentro de una especie de contenedor metálico de transporte, que contrastaba a tope con su acogedor interior. ¡Platos caseros riquísimos y encima baratísimos! Ahora entiendo porque tiene la fama, de ser una de las mejores opciones para almorzar: ¡si de repente estás muerto de hambre en esta enorme ciudad!
De nuevo en marcha condujimos otro par de horas hasta Tucson, la segunda ciudad más poblada de Arizona y situada todavía más cerca de la frontera con México. Allí nos esperaba el fabuloso hotel *Lodge on the Desert*, donde pasamos tres días auténticamente comodones (días 4 a 6) y donde de paso ¡nos tocó despedir el año! Su restaurante *Cielos*, con comida típica de la zona: ¡no nos pudo gustar más! Música de guitarra española en directo y platos exquisitos que cenamos día sí día también. (Aquí os dejo el enlace, para poder reservarlo o simplemente ojearlo). Al día siguiente, aprovecharmos para visitar la parte oeste del parque Saguaro National Park, en pleno *desierto Sonora*. El cactus *Saguaro* es el gran protagonista, de ahí que dé nombre al parque. Para mí es el cactus por excelencia y hasta es reconocido como el símbolo universal del Lejano Oeste. ¡En cuanto miréis las fotos, ya me diréis que os parece! Al parecer florecen en primavera y algunos tienen como unas cavidades redondas que parecen talladas minuciosamente. ¡Y en efecto! Porque son los pájaros carpinteros del desierto los que se encargan de ello: ¡para agenciarse allí dentro un nidito de lo más coqueto!
Y ya que estábamos cerca, nos acercamos hasta el zoológico, museo y jardín botánico: *Arizona Sonora Desert Museum*. Y claro, alucinamos con sus jardines de cactus, sus animales del desierto y como no: ¡con los colibrís de todos los tipos habidos y por haber! Nunca olvidaré ese zumbido tan particular, cuando nos pasaban casi rozando nuestras orejas a toda velocidad. Sí algo está claro: ¡es que Tucson da para mucho! El sexto día, tampoco perdimos el tiempo y ojeamos el museo *Prima Air & Space Museum*, situado junto a la *Base Aérea Davis-Monthan* y *The Boneyard*, que resulta ser el cementerio de aviones más grande del mundo. Para terminar y de camino al hotel, decidimos pasarnos por la iglesia *Mision Xan Xavier del Bac*. La arquitectura del edificio es de lo más interesante y ahí donde la véis, es la iglesia más antigua de todos los Estados Unidos. Pero lo que más impresiona: ¡es que esté donde está! En medio de la nada y con esa aparente tranquilidad.
Y con este montón de aventuras emocionantes, mi viaje de carretera por Arizona está a punto de terminar. Ya me iréis contando qué os ha parecido esta última etapa, si os suenan o no estos lugares o si incluso los habéis visitado ya. Espero que estéis disfrutando tanto como yo y todo esto os sirva de inspiración. Quién sabe, quizás un día de estos decidís lanzaros a la aventura: ¡así sin más!
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Mi road trip por Arizona:
Día 1: Palm Springs (California) - Prescott (Arizona)
Día 2: Prescott - Gran Cañon - Page
Día 3: Page- Monument Valley - Flagstaff
Cómo preparar un viaje a USA: mitad carretera / mitad comodón