¡El hotel At Six es lo más! Derrocha estilo nórdico, elegancia e inspiración en cada uno de sus rincones: ¡y por eso mismo no lo podía dejar pasar! Tuvimos la suerte de tener una habitación en el penúltimo piso y con una cristalera enorme que nos permitía ver tanto los amaneceres como los anocheceres desde lo más alto de Estocolmo. Os podéis imaginar lo a gusto que se estaba allí arriba, disfrutando del primer café de la mañana. La habitación era muy amplia y cómoda, y la verdad: ¡no le faltaba detalle! Además de las vistas, me sorprendió la cantidad de amenities de alta calidad que había y su "shop" tan particular. Pues en algunos de los cajones de las cómodas, se podían encontrar: cósmeticos, ropa interior y dulces, entre otras cosas para comprar.
Y que puedo decir del desayuno. Sin lugar a dudas, el mejor de los que hemos probado en todas nuestras aventuras hoteleras. Cuatro variedades de smoothies recién hechos, y toda serie de especialidades suecas con las que era imposible no levantarse a repetir. Pero lo que mereció de verdad la pena, fueron las cenas en su restaurante Dining Room. Su chef Andreas Askling, ha viajado por todo el mundo para inspirarse y crear una impresionante carta de cocina creativa e internacional en la que no faltan los productos de temporada. Tanto nos fascinó, que cenamos todos los días allí para poder probar el máximo de platos posibles. Este que véis en la foto es el entrante Grilled Octopus, y fue sin duda mi debilidad. Pero esto no es todo, porque si al igual que a nosotros os pilla el temporal: podréis disfrutar de su estiloso Cocktail Bar, su gimnasio, su vinoteca o incluso de alguna de la sesiones de música en su Listening Lounge. ¡Y como no! Perderse por el hotel para admirar todas las obras de arte que lo decoran, como por ejemplo la impresionante escultura del artista español Jaume Plensa que está situada en la escalera de la entrada principal.
Como os podréis imaginar, aquí no fue difícil desconectar y disfrutar de unos días de tranquilidad. Me muero de ganas por compartir con vosotros: ¡mis imprescindibles de la ciudad! Sin duda alguna, este hotel será uno de ellos. No solamente por todas las razones que hasta ahora os he contado, sino también porque no puede estar mejor situado. A pocos metros del casco antiguo de la ciudad y en pleno corazón de Norrmalm, el barrio por excelencia para irse de compras. Lo que facilita aún más, sobrevivir a las bajas temperaturas de Estocolmo sin morir congelados entre aventura y aventura.
¿Qué me decís? ¿Habéis estado ya en Estocolmo? ¿Os quedaríais en este hotel? ¡Espero vuestas impresiones y comentarios!
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