En antiguas épocas existían instrumentos muy similares a las matracas y a las carracas, ya que gran parte de ellas eran fabricadas y tocadas en la India, Indonesia, en la misma China y el oeste de África.
Dichos países y regiones en aquellas épocas no tenían la costumbre del uso de campanas en esas épocas primitivas, puesto que al parecer era algo prohibido en aquel entonces, ya sea por razones religiosas o cualquier otro motivo.
Historia de las Matracas
El caso era que en dichas épocas solo se fabricaban instrumentos que pudieran ser golpeados mediante tablillas, mazos o incluso lengüetas que iban sobre la madera.
Debido a eso, muchos de los instrumentos musicales de percusión de madera llegaron a ganar mucho terreno, gracias a sus variedades y sus asombrosos sonidos, simplemente se amplió en muchas culturas del antes y ahora.
Existen algunas pruebas que pueden decirnos que las matracas llegaron a Europa por medio de España y todo gracias a la cavilación árabe que se llegó a expandir en casi toda la península Ibérica durante esa época, además que los árabes tenían la idea de compartir sus costumbres con los demás.
La palabra matraca proviene de la palabra Mitraqa en Árabe y que al traducirlo sería como decir martillo. La matraca se adaptó muy bien en la España Medieval y durante mucho tiempo se llegó a utilizar en Alsacia y en Alemania, donde en algunas ocasiones tenía la función de carrillón, utilizándolo durante toda la semana santa, incluso llegando a aparecer en muchos monasterios-ortodoxos.
Sin embargo, la matraca y otros instrumentos musicales parejos también eran usados para identificar a los mendigos o a las personas que se dedicaban al comercio ambulante, además formo parte del folclore infantil en varios países de Europa central y Mediterránea, siendo el acompañamiento de muchas fiestas populares.
Incluso en Iberoamérica se puede encontrar muchos ejemplares de matracas de campanario. Además, cabe señalar que las matracas y carracas fueron usadas por numerosos artistas y compositores en muchas obras musicales.
Un ejemplo seria La Victoria de Wellington, que fue compuesta por Ludwig Van Beethoven.
Además, la cofradía del santísimo Ecce-Homo fue el creador y quien adapto un número muy variado de toques para muchas de las matracas pequeñas y grandes, con lo que acompaño en una procesión en Italia del Ecce-Homo de una parroquia de san Felipe.
Esto permitió realzar mucho más su peregrinaje en el miércoles santo y en la procesión del Santo Entierro de Zaragoza.
Sonido de las matracas
Las matracas pertenecen a la familia de percusión, razón por la cual tiene la particularidad de emitir sonidos graves y acompasados. Aunque, actualmente ya no cuenta con la misma popularidad de antiguas épocas, hoy en día se les ha visto en algunas agrupaciones.
Como tocar la Matraca
La matraca es uno de los instrumentos musicales que tiene muchos siglos de antigüedad, usado en muchos pueblos con asiduidad, pero que con el tiempo fue desapareciendo, hasta el punto de que casi llega a su erradicación completa, aunque no se sabe a ciertamente su verdadero origen, fue un instrumento musical que influyo mucho en las fechas celebres de la semana santa.
Conseguir una matraca no resulta tan fácil como parece, buscarlo en cualquier establecimiento de ventas de instrumentos musicales sería una pérdida de tiempo. Por ello, lo más recomendable es adquirirlo por medio del internet.
Existen muchos sitios web que te pueden ofrecer la matraca adecuada para ti, solo tienes que buscarlo cuidadosamente.
Si estas interesado en aprender a tocar la Matraca, pero no sabes por dónde empezar y como, por medio de este artículo te daremos las mejores indicaciones que te permitirán tocar dicho instrumento de la forma que menos esperabas.
Y sin más que decir, iniciamos con el primer punto.
Conseguir la Matraca adecuada: antes de iniciar a tocar la matraca, tienes que tomar muy en cuenta que tipo de matraca es la adecuada para ti. Aunque resulta un poco complicado adquirir una, con mucha paciencia y perseverancia encontraras la que se acomode más a tus posibilidades y cualidades. Sin embargo existen matracas muy sencillas que pueden ser compradas con mucha facilidad.
Posición del cuerpo: en la actualidad y desde hace muchos años atrás existen variedades en tamaños de matracas. Conseguir la adecuada ya te lo hemos explicado en el primer punto. Pero si tú tienes una contextura pequeña, lo recomendable es que te hagas con una matraca ni muy grande ni muy pequeña, pero si eres una persona de una estatura alta, puedes usar una matraca grande.
Uso de la mano: lo más recomendable es sostener la matraca con la mano dominante, ya que esta está acostumbrada a realizar muchas de las actividades diarias, lo cual, permitirá que no se agoten las energías de ese brazo. Puedes usar la otra mano, la que no dominas mucho, pero corres el riesgo de perder el rito y la continuidad en los giros que puedas ejercer.
Todo dependerá de cómo te encuentres físicamente, ya que este instrumento necesita de mucha energía de tu parte para que pueda ser tocada. Usa el brazo que más te convenga para que no pierdas la continuidad en los sonidos.
Emitir sonidos: para emitir los sonidos adecuados en una matraca, lo más recomendable es mantener el ritmo en cada giro, cuando hay que descansar no la sostengas y solo trata de reposarla en tu hombro.
Matracas para niños: tal vez sea algo que no tenga mucha importancia, pero las matracas en los niños pueden simbolizar un estado de alegría y satisfacción, puesto que a los niños más pequeños de casa les encanta llamar la atención con cualquier cosa, y las matracas son su mejor herramienta, además que les ayuda a fortalecer los músculos de los brazos.
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