Los abuelos son parte insustituible de la historia familiar de nuestros hijos. Y en la vida de nuestros padres, los nietos significan la posibilidad de volver a sentirse rodeados de afecto infantil sin las angustias que sufrieron cuando criaron a sus propios hijos.
La vida moderna, las distancias y las urgencias, nos llevan a desatender, muchas veces, este lazo familiar tan importante.
El conflicto se hace más leve si pasa por a falta de tiempo. en ese caso, podemos agendarnos un día o dos a la semana para fomentar la visita de los abuelos a la casa o ir con los chicos a la de ellos. A veces la solución es más simple: basta con acordar un día para que sean los abuelos quienes los vayan a buscar a la escuela.
Sin embargo, todo se complica cuando las distancias son muy grandes y las visitas, por supuesto, se espacian.
Tender puentes
Frente a la imposibilidad de la cercanía, lo que nosotras podemos hacer para favorecer la continuidad del lazo entre abuelos y nietos es acercarlos.
Y no siempre esto significa visitarlos. A veces, sólo alcanza con poner en marcha algunas buenas ideas que ellos, sin duda, agradecerán:
Darles importancia a los abuelos: no es difícil, aunque no estén presentes, conseguir que nuestros hijos sientan a sus abuelos partícipes de su historia. Puedes proponerles a los chicos que los llamen por teléfono para anunciarles que se les cayó el primer diente, hacer una fotocopia de la prueba en la que sacaron una buena nota y mandarlas a los abuelos o para los abuelos modernos, permitirles chatear por Internet y contarles como les va en la escuela, contarles de ese noviecito que surgió en la vida de la nena, etc.
Tenerlos cerca: poner fotos de los padres sobre algún mueble visible en la casa o, incluso, en la mesa de luz de la habitación de los chicos.
Intercambiar vídeos: pedirles a los abuelos que filmen situaciones y hasta historias de sus vidas diarias. Hacer lo mismo con tu familia y que los chicos intercambien esos valiosos puentes de contacto, en el caso de abuelos que viven lejos y no se los ve con frecuencia.
Las visitas: aunque no sean muchas, los chicos y sus abuelos disfrutarán de ellas si dejamos que se dediquen esos días exclusivamente a ellos.