En todo el mundo, la tercera edad es símbolo de sabiduría. Sin embargo, el estado en que viven muchos mayores demuestra, la falta de consideración y maltrato permanente al que están expuestos.
Estos últimos años están marcados por una gran cantidad de asaltos que tuvieron como víctima a los mayores. Muchos de ellos murieron durante o después del hecho de inseguridad, ya sea por un infarto provocado por el susto o por las agresiones infringidas por los delincuentes.
Si el abuelo no muere en el asalto, quedan consecuencias que perduran en el tiempo. Aunque pueda sobrevivir al asalto, en el futuro, el trauma experimentado en una situación así terminará minando su salud. Los abuelos que viven solos, son el blanco de asaltantes. Su costumbre de guardar dinero y joyas en la casa, representa un gran atractivo para los ladrones, que no encuentran dificultades a la hora de engañarlos para irrumpir en su domicilio.
Por otro lado, hay jubilados que cobran pensiones de su país de origen, y aunque en Argentina ya no la reciben en euros o dólares, la fantasía del ahorro o la abundancia quedó instalada, cuando en realidad la mayoría apenas logra llegar a fin de mes con sus ganancias.
La violencia doméstica es otro caso. Un aumento de la violencia dentro del hogar a la que no escapan los mas desprotegidos y vulnerables: los niños y abuelos. En los geriátricos, el aumento de la población de abuelos y la falta de personal, hace que muchas veces se sobrecarguen de actividad, en detrimento de la calidad de atención hacia ellos. La falta de visita de familiares es además un agravante de la situación.
La Organización Mundial de la Salud define el maltrato "un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo,, que se produce en una relación basada en la confianza".
Puede adoptar diversas formas, como el maltrato físico, psíquico, emocional o sexual, y el abuso de confianza en cuestiones económicas. También puede ser el resultado de la negligencia, sea intencional o no.
Según opinan los especialistas, existen varios tipos de maltratos a los mayores. Puede haber abusos físicos, golpes y agresiones; psicológicos, amenazas e insultos; y económicos, en los que un tercero se apodera con engaños, de los ingresos del abuelo.
En muchos casos, los abuelos no cuentan con la medicación necesaria para combatir las enfermedades propias de la edad, no son bien higienizados y viven en un estado de abandono. En otras ocasiones se les niega el contacto con el mundo exterior, ya se que se les prohibe salir a la calle o recibir visitas de otras personas.
Prevenir este tipo de problemas es una tarea difícil. Es necesario implementar los medios para que se pueda concientizar a la sociedad sobre que "el abuelo no es una carga", estimular a los niños a que llamen a sus abuelos y los visiten, o pasen tiempo con ellos. También ayuda mucho que los hijos se ocupen de sus padres, los visiten, los hagan partícipes de su propia vida y se interesen en lo que les sucede.
Para un abuelo cada gesto que reciben de los demás es sumamente importante para su salud psíquica. El sentirse útil, tomado en cuenta aunque sea con pequeñas actividades, hará que mantenga su auto estima alta, su cerebro activo y esto repercutirá en su salud y mejorará enormemente su calidad de vida.