Son un grupo de compuestos químicos principalmente empleados para ?plastificar?, hacer más flexibles los fluidos y fijar los olores o la permanencia del producto en la superficie en la que se aplican. Se utilizan tanto en cosmética como en pesticidas. Uno de sus usos más comunes es en el PVC.
Disruptores endocrinos
Numerosos estudios han asociado las patologías observadas en distintas especies animales y en el hombre con la exposición a contaminantes medio ambientales y la actividad hormonal. Se ha acuñado el término de disruptores endocrinos (EDCs) para definir el conjunto de compuestos químicos que interaccionan con el sistema endocrino.
Entre los efectos que se han atribuido a sustancias químicas introducidas en el entorno de la actividad humana se encuentra la perturbación de la homeostasis hormonal tanto de los animales como de los seres humanos. Las consecuencias de esta alteración pueden ser graves debido al papel decisivo que desempeñan las hormonas en el control del desarrollo y en numerosas funciones fisiológicas específicas. Se relaciona con alteraciones de la función tiroidea en aves y peces;disminución de la fertilidad en aves, peces, moluscos y mamíferos; disminución de la eficacia en el proceso de incubación en peces, aves y tortugas; desmasculización y feminización de peces machos (masculinización de hembras), aves y mamíferos; y alteraciones del sistema inmune en aves y mamíferos.
Aunque los efectos sobre la salud humana de la exposición continua a los disruptores endocrinos necesitan ser investigados en más profundidad, se considera probada su relación con alteraciones en el sistema reproductor masculino (criptoquidia, hipospadias y reducción de la calidad del semen) y femenino (pubertad precoz, reducción de la fecundidad, abortos espontáneos, ovarios poliquísticos, endometriosis) y cánceres en órganos hormono dependientes como mamas, próstata, testículos ovarios y tiroides.
También se establece una relación de estos disruptores con daños en el sistema neurológico y la causa de enfermedades metabólicas como diabetes y obesidad o del sistema neuroinmunológico, como el SQM, fatiga crónica, fibromialgia y esclerosis múltiple.
Puro veneno
Se ha estimado que diariamente podemos estar en contacto con alrededor de quinientos nuevos compuestos químicos de síntesis, que al ser liberados al medio ambiente pueden interaccionar con los seres vivos. Muchos de ellos no han sido evaluados en su capacidad potencial de actuar sobre los sistemas biológicos, probablemente porque los criterios de evaluación actualmente existentes son muy estrictos y están sometidos a múltiples restricciones.
Algunas de estas sustancias actúan sobre los sistemas biológicos a las dosis y concentraciones en que se encuentran en los medios naturales, por lo que es presumible un cierto efecto sobre el organismo expuesto.
Desde los años cuarenta en que comenzó su producción masiva, se han diseñado más de 600 productos químicos básicos para combatir insectos, malas hierbas, roedores y otros muchos organismos "perjudiciales" en agricultura. El uso de los productos químicos en las actividades agrícolas ha supuesto un beneficio sustancial en la producción agraria, incrementándose el rendimiento de las cosechas a la vez que se ha elevado la calidad de los alimentos. No obstante frente al beneficio que supone la destrucción sistemática de parásitos que afectan a la salud de las plantas animales y a la salud humana se debe tener presente la interacción de los distintos principios activos con las especies animales y el propio hombre.
Por otra parte, desde la Segunda Guerra Mundial se han liberado al medio ambiente, en grandes cantidades, productos químicos derivados de actividades industriales y cada año se introducen en el mercado 1.000 nuevos productos de síntesis.
La exposición de los seres vivos a los disruptores endocrinos es universal, ya que se encuentran repartidos por todo el mundo como consecuencia de un empleo generalizado. Contribuye a ello su baja biodegradabilidad, el transporte a otros lugares por el aire, el agua y la bioacumulación en la cadena trófica. Además, los compuestos acumulados en la grasa son transmitidos a la descendencia a través de la madre durante la gestación y después de la lactancia.
Exposición humana a disruptores endocrinos
Los compuestos químicos que son disruptores endocrinos se encuentran presentes en ciertos productos de uso cotidiano: en el revestimiento de las latas de conserva; el plástico con el que están fabricados los biberones; juguetes de niños; el espermicida que llevan incorporados los preservativos; juguetes sexuales; el producto que se usa como sellador blanco de los dientes; algunos materiales de uso sanitario; detergentes industriales; filtros solares; cosméticos y pesticidas. La lista es interminable.
Las formas de exposición y las vías de entrada de los contaminantes hormonales son muy diversas, pero debido a su acumulación en la cadena alimentaria, la vía digestiva es la principal ruta de exposición para el hombre. Así, los restos encontrados en los tejidos humanos varía de acuerdo con las diferencias regionales en el uso de estos compuestos y con los hábitos dietéticos de las poblaciones expuestas.
Igualmente, para la mayoría de los productos químicos descritos hay un patrón de incremento de la carga corporal con la edad, debido a la acumulación de estos productos a través del tiempo y por tanto una mayor exposición de las personas de más edad, contribuyendo también un metabolismo más lento.
Regulación
Estas dolencias, raramente se deben a una única sustancia tóxica, sino a una mezcla compleja de químicos cuyos efectos pueden ser aditivos y sinérgicos, con efectos en conjunto superiores a los individuales.
La respuesta de la sociedad y la administración a estos descubrimientos científicos, señalan los expertos, debe ser la prohibición total de los disruptores en los productos de consumo. Asimismo, es importante el etiquetado en los productos. Finalmente, identificar las sustancias de riesgo y fijar limites legales máximos de contaminación, a nivel internacional, teniendo en cuenta, además, que pocas veces son componentes estructurales o que no se puedan sustituir.
Un estudio ("Democophes"), en el que participaron 17 países europeos que evaluó durante dos años la exposición de los ciudadanos europeos a algunos de los principales contaminantes medioambientales (mercurio, cadmio, cotinina, metabólitos de ftalatos y Bisfeno) determinó que los hábitos de vida, la localización y el clima afectan a los resultados según el país evaluado y aunque, de manera general, no existe riesgo para la salud en los niveles detectados en España, por ejemplo, los niveles de contaminación en mercurio son de los más altos así como algunos de los metabolitos de pftalatos.
Ante las dudas, según algunos escépticos, la mejor formula: agua, jabón y vinagre, para la limpieza de casa y agua, jabón, piedra de alumbre o limón para el aseo.