Las organizaciones defensoras de los derechos humanos ya han lanzado duras críticas por la muerte de civiles con el empleo de aviones no tripulados, pero también se recogen quejas por su posible intromisión en la intimidad de las personas.
Inteligencia artificial para el combate
El modelo más antiguo que se conoce fue desarrollado después de la Primera Guerra Mundial y empleado en la Segunda Gran Guerra para entrenar a los operarios de los cañones antiaéreos. Sin embargo, no sería hasta finales del siglo XX cuando los VANT operan mediante radio control con todas las características de autonomía (drones).
Los drones son capaces de mantener un nivel de vuelo controlado y sostenido, y propulsado por un motor de explosión o de reacción. Existe una amplia variedad de formas, tamaños, configuraciones y características en el diseño de los VANT.
Se han creado dos variantes: algunos son controlados desde una ubicación remota, y otros vuelan de forma autónoma sobre la base de planes de vuelo preprogramados usando sistemas más complejos de automatización dinámica.
Pero los VANT son básicamente sistemas autónomos que pueden operar sin intervención humana alguna durante su funcionamiento en la misión a la que se haya encomendado, es decir, pueden despegar, volar y aterrizar automáticamente.
Actualmente, los VANT militares realizan tanto misiones de reconocimiento (servicios de inteligencia) como de ataque (fuerzas armadas), esto último con diversos grados de ?éxito? ya que en ocasiones han provocado tanto daños colaterales como errores al identificar los objetivos.
Los VANT han utilizado en diferentes escenarios de combates, especialmente en la Guerra del Golfo y en la de Bosnia, demostrando su gran potencial al igual que a la hora de obtener, manejar y transmitir informaciones más seguras y difíciles de interceptar e interferir gracias a la aplicación de nuevas técnicas de protección de la misma.
Ventajas y desventajas de su uso en los conflictos armados
Los defensores de los VANT dicen que las ventajas que estos tienen es la posibilidad de ser usados en áreas de alto riesgo o de difícil acceso, además de no requerir la actuación de pilotos en las zonas de combate.
Sin embargo, sus detractores argumentan que el enlace vía satélite de los VANT puede ser hackeado y de esta forma romperse el canal de comunicaciones entre el operador en tierra y el VANT e interceptar sus datos (ya ocurrió en Irak y Afganistán, cuando los insurgentes accedieron a los VANT mediante el SkyGrabber, un programa para uso doméstico cuyo coste era de 25 dólares); introducir un virus para inutilizarlos (en octubre de 2011una flota de predators fue inmovilizada por el ataque de un virus informático); puede haber un tiempo de retardo entre la emisión de instrucciones y su recepción para su proceso y ejecución, lo que en condiciones críticas puede ser fatal; la influencia en su funcionamiento por los fenómenos físicos, como la actividad solar, la cual produce cambios en la ionosfera; la posibilidad de que la inteligencia artificial pudiera determinar por sí misma los objetivos a atacar; la insensibilidad sobre las consecuencias de la guerra, al mantenerse a distancia de los conflictos.
Por su parte, las organizaciones defensoras de los derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, ya han lanzaron duras críticas al gobierno de EE.UU. por haber matado civiles con sus aviones no tripulados, es decir, mediante lo que se ha dado en llamar ?matar a distancia?.
Amnistía Internacional examinó nueve de los cuarenta y cinco casos registrados en la región paquistaní de Waziristán del Norte y concluye que las víctimas no eran combatientes y no suponían una amenaza. Afirma que los ataques han dejado profundas heridas en una población ya traumatizada por los atentados de al Qaeda, los talibán y las Fuerzas Armadas de Paquistán.
En otro informe sobre seis ataques de EE.UU. en Yemen, Human Rights Watch concluye que al menos dos supusieron la muerte indiscriminada de civiles, en violación del derecho internacional.
Las aplicaciones civiles de los drones
La adquisición y el mantenimiento de un VANT es, como mínimo, 30 veces superior a su equivalente tripulado, lo que dificulta enormemente su uso civil, aunque han sido autorizados para hacerlo.
Aún así, los VANT también son utilizados en un pequeño pero creciente número de aplicaciones civiles, como en labores de lucha contra incendios o seguridad civil, como la vigilancia de los oleoductos, es decir, para las tareas más rutinarias, sucias o peligrosas para los aviones tripulados.
Se pueden aplicar en ambientes de alta toxicidad química y radiológica (en desastres tipo Fukusima o Chernóbil) en los que sea necesario tomar muestras con alto peligro de vidas humanas y realizar tareas de control de ambiente.
Además, pueden cooperar en misiones de control del narcotráfico y contra el terrorismo. También podrían grabar vídeos de alta calidad para ser empleados como medios de prueba en un juicio internacional.
En el ámbito de la observación de la tierra tienen múltiples aplicaciones y posibilidades en el mercado civil como la cartografía, para la realización de ortofotomapas y de modelos de elevaciones del terreno de alta resolución; Agricultura: gestión de cultivos; Servicios forestales: seguimiento de las áreas boscosas, control de incendios; Geología; Hidrología; Medio ambiente: estado de la atmósfera; Control de obras y evaluación de su impacto; Seguimiento de la planificación urbanística; o gestión del patrimonio.
No obstante su comercialización no está controlada lo que da lugar a ser adquiridos por personas o grupos de dudosa ética para realizar acciones como las grabaciones aéreas en zonas privadas.
El negocio de los drones
Pero las empresas del sector de fabricación de drones se frotan ya las manos pues ven en estos el negocio del siglo no sólo en el terreno militar, donde son comunes desde hace años, sino en la sociedad civil, por el uso masivo que estos podrían tener en este ámbito.
Estas empresas quieren hacer énfasis en que el uso puede ampliarse -y con ingentes réditos económicos- a la vida común y corriente en áreas como la agricultura, el transporte de carga o la atención de emergencias.
Una de las áreas que está reaccionando al uso más generalizado de los drones son las instituciones educativas. Varias universidades de EE.UU. cuentan ya con licencias para operar vehículos no tripulados y algunas ofrecen seminarios especializados.
Algunos analistas comentan, posiblemente no sin razón, sobre este uso masivo que cuando salieron los primeros móviles los veíamos como teléfonos portátiles, pero ahora un iPhone tiene cientos de aplicaciones, y vamos a ver lo mismo con los sistemas aéreos no tripulados.
Los drones antes sólo se veían en el ejército, enfatizan estos analistas, pero éstos han empezado a popularizarse gracias a las tecnologías que permiten controlar los equipos a una distancia cada vez mayor y además ubicarlas con precisión en sistemas de posicionamiento global (GPS). Así, pues son infinitas las posibilidades que pueden tener estos vehículos para monitorear cultivos con precisión, mejorar el transporte de carga, alcanzar lugares remotos como el cráter de un volcán o el fondo del océano o incluso modificar actividades mucho más cotidianas, como el envío de domicilios por restaurantes, etc. Esa popularidad, por supuesto, dicen, representaría múltiples beneficios para la industria.
La innovadora industria tiene a muchos entusiasmados, pero grupos defensores de los derechos civiles advierten de un cielo invadido por "drones", entrometiéndose en nuestras vidas, si los gobiernos no aplican regulaciones bien medidas para la tenencia y uso de los mismos.