Ahora bien, aunque no me guste demasiado el verano como estación (odio el calor con toda mi alma), debo reconocer que me ha traído muy buenos momentos y mejores lecturas. Si quieres darte un buen atracón de recomendaciones –porque adelanto que casi todos los libros que me han acompañado estos meses me han gustado mucho–, ¡sigue leyendo!
Echando un vistazo general a la montañita de libros me doy cuenta de que, además de haber leído más de lo que esperaba, he leído muy variado. Este verano he vuelto a adentrarme entre las letras de mi amado Murakami, he leído un clásico, un ensayo, tres libros en inglés, un libro de relatos cortos (que no aparece en la fotografía porque lo cogí de la biblioteca) y, además, he releído dos de mis novelas favoritas. ¡Ni tan mal!
Sputnik, mi amor (Haruki Murakami): Un libro muy Murakami; con su característico punto bizarro y tan fácil de leer que se me hizo corto. Es difícil decir de qué va en pocas palabras. Desde mi punto de vista, se centra más que nada en el fluir de las relaciones. En cuanto al título, Murakami compara la vida con los satélites, relatando que todos somos "solitarios pedazos de metal trazando su propia órbita, bellos como estrellas fugaces que casualmente se encuentran y que, después, arden y quedan reducidos a nada". Maravilloso.
La caza del carnero salvaje (Haruki Murakami): Repleta de dobles sentidos y de descripciones de paisajes naturales tan detalladas que transportan, esta novela que trata sobre el inevitable paso del tiempo y la búsqueda de uno mismo me pareció simplemente magnífica (aunque el final me dejó con una movida mental descomunal, jajaja).
Seda (Alessandro Baricco): Posiblemente el libro que menos me ha gustado de la lista. Es cortísimo –se puede leer en un par de horas del tirón– y está escrito de forma bonita, pero me pareció raro (o quizás no lo llegué a entender del todo, no sé).
Anne of Green Gables (L.M. Montgomery): Me lo compré después de ver la serie Anne with an E y me gustó muchísimo. Anne tiene una personalidad y una forma de ver el mundo que enamora.
Be more cat (Alison Davies): Un libro bastante cuqui sobre catfulness en el que Alison Davies nos explica lecciones de vida que podemos aprender observando el comportamiento de los gatetes. Las ilustraciones son preciosas y es un libro tremendamente inspirador.
Big Magic (Elizabeth Gilbert): En Libera tu magia –si lo buscas en castellano–, Elizabeth Gilbert nos habla de cómo llevar una vida creativa. Trata temas como el miedo, la confianza en uno mismo, el fracaso, la inspiración, la pasión y la curiosidad, y está contado a través de su propia experiencia como escritora. He disfrutado mucho leyéndolo... pero es de esos libros que hay que llevar a la práctica, ¡así que todavía tengo deberes!
Madame Bovary (Gustave Flaubert): Empecé este libro con un poco de miedo y me sorprendió para bien. Está escrito de forma exquisita (Flaubert era todo un perfeccionista) y, aunque algunos capítulos se me hicieron un poco pesados, es una lectura que recomiendo. El argumento es archiconocido y es posible que hayas visto la película, pero, por mucho que sepas de antemano, el libro sorprende.
La luz que no puedes ver (Anthony Doerr): Ambientado en la segunda guerra mundial, en este libro se desarrollan dos historias paralelas: la de Marie-Laure, una niña ciega que vive con su padre en París, y la de Werner, un niño alemán huérfano alistado en las juventudes hitlerianas que tiene una habilidad innata para reparar aparatos de radio. Es un libro precioso de principio a fin.
El libro de los libros (Quint Buchholz): El editor del libro, Michael Krüger, envió en 1996 un dibujo del ilustrador alemán Quint Buchholz a 47 autores de distintas partes del mundo con el fin de que escribieran un relato inspirado en el dibujo que les había tocado (y, ¡sorpresa!... todos los dibujos tenían los libros como protagonistas ). El resultado del experimento fue este libro; en el que participan autores como Eduardo Mendoza, Susan Sontag, Carmen Martín Gaite o John Berger, entre muchos otros. Es un libro visualmente bonito; algunos relatos me gustaron mucho y otros no tanto, pero sin duda merece la pena echarle un vistazo.
La recta intención (Andrés Barba): A través de cuatro historias independientes, Barba se adentra en el mundo de las relaciones personales y en el comportamiento –egoísta, cruel, mezquino– que cada uno de los personajes principales tiene para con los demás. El primero de los relatos me dejó bastante indiferente, pero los otros tres me gustaron mucho a pesar de su crudeza.
El jardín olvidado (Kate Morton) | Nubosidad variable (Carmen Martín Gaite) | Sobre la fotografía (Susan Sontag)
No me voy a detener en estos libros. Los dos primeros fueron relecturas de las que ya he hablado en el blog (en este post) y al de Sontag le dediqué una entrada la semana pasada, así que si te pica la curiosidad puedes indagar sobre ellos por allí.
Dime... ¿cuáles han sido tus lecturas del verano? ¿Has leído alguno de los libros que menciono?
¡Un abrazote y buen fin de semana!