Esto después de que el ministro de comunicaciones de Italia, Danilo Toninelli, negó su apoyo para desviar a los cruceros fuera de la ciudad.
Brugnaro solicitará a UNESCO que coloque a la ciudad en su lista de patrimonio en peligro.
Esta lista es hecha por el organismo que nombra y protege a todos los Patrimonios de la Humanidad, para advertir de aquellos que están en riesgo de perder lo que los hace únicos y urgir a tomar medidas para rescatarlos.
“Venecia está en peligro y nos sentimos en peligro”, dijo Brugnano en una entrevista a Radio 24.
Los enormes cruceros que cada día desembarcan a miles de personas para recorrer unas horas los canales de la que alguna vez fue la ciudad mas importante de Italia, llevan tiempo siendo vistos como un problema por los cada vez menos habitantes de la Serenísima.
Por ello, desde este año impusieron un impuesto a viajeros de un solo día como los que llegan en estas embarcaciones.
Pero más allá de los ingresos y número de visitantes, hay otra razón de peso para prohibir a los cruceros anclar en la ciudad.
Las emisiones contaminantes ya tienen en riesgo el ecosistema de la laguna, y las vibraciones de estas ciudades flotantes, están poco a poco destruyendo los cimientos de los cientos de edificios históricos de Venecia.
Si no se impide su paso a la laguna, Venecia puede desaparecer.
Los cruceros de gran tamaño también crean problemas en el Caribe, donde sus operaciones tienen en jaque los arrecifes de coral de las Islas Caimán.
Emergencia en Venecia
Los problemas de Venecia y los cruceros llevan al menos una década empeorando, pero es la nueva administración encabezada por Guiseppe Conte la que ha provocado que Brugnano lance el SOS.
La ciudad ya tenía un plan para prohibir a los cruceros entrar al canal Giudecca.
Esto habría impedido que pasaran cerca de la famosa plaza de San Marcos, y que su tamaño eclipsara las cúpulas de las iglesias y edificios renacentistas como hoy ocurre.
En su lugar, los barcos habrían anclado en Marghera, una ciudad en tierra firme y desde ahí los turistas habrían sido llevados en botes pequeños o por tierra hasta Venecia.
Pero pese a ser un plan ya aprobado por el gobierno anterior, Danilo Toninelli dio marcha atrás y dejó las cosas como estaban.
El ministro argumentó que había que balancear el turismo que viene con los cruceros y el respeto al medio ambiente.
Si esta decisión ya causó fricciones, la cosa empeoró con un accidente a principios del mes de junio.
Un crucero camino al puerto embistió a una pequeña embarcación en la laguna, dejando cuatro heridos y aumentando los miedos de los venecianos que sienten que en cualquier momento puede haber un accidente mas grave.
La gente de Venecia protestó y apoyó a Brugnano, pero el gobierno del país solo prometió hacer un referendo online para elegir la mejor opción.
Dichas opciones, que incluyen construir una terminal de cruceros en ciudades como Chioggia o San Nicolás, pero ninguna tiene un proyecto ni se han discutido con las autoridades locales.
La UNESCO ha estado al tanto de los problemas en Venecia hace tiempo y ya en 2017 advirtieron que la ciudad entraría en la lista de Patrimonio en peligro.
Pero los avances hechos para proteger a la ciudad de los canales de los cruceros llevaron a posponer la fecha hasta 2021.
Bajo este nuevo escenario y con la petición del alcalde, entrar en la lista negra podría ocurrir este mismo 2019.