Imaginando lo que podría haber llegado a suceder, con una trama interna y el título original Bodom.
Taneli nos presenta un slasher de toque clásico, aunque, algo más contundente y combinado con un toque de thriller, aguarda algún giro en el guión escrito por el propio cineasta junto a Aleksi Hyvärinen. Un giro que coje por sorpresa al espectador, a pesar de que el guión no es para tirar cohetes.
Dos chicos y dos chicas van a pasar la noche en el lago Bodom, donde muchos años atrás se produjeron unos asesinatos que quedaron sin resolver. Pero, como sabe todo espectador del Festival, visitar el lugar de un crimen nunca es buena idea.
El film encuentra su punto álgido en el tramo central, justo cuando el psicópata hace acto de presencia en su totalidad. Salvando cualquier vena fantástica, la presencia y forma de actuar del asesino me ha recordado a Jeepers Creepers.
Los cuatro protagonistas, Nora, Elias, Atte e Ida, son interpretados correctamente por Mimosa Willamo, Mikael Gabriel, Santeri Helinheimo Mäntylä y Nelly Hirst-Gee. Por cuestiones del guión, son Nora e Ida las que toman las riendas de la película.
Se antoja un poco lenta en el primer tercio, un tramo que aprovecha para plantear la situación. En la segunda mitad gana en intensidad, sobre todo, la parte de la remolcada con la grúa.
La película funciona de la misma manera que lo hace dentro de ésta, como una recreación de los hechos, aunque lo hace de una forma bastante libre.
Bien rodada y con buenos aspectos técnicos con fantásticos encuadres de los bosques y una superlativa ambientación inquietante la mayor parte del tiempo.
Panu Aaltio adereza el conjunto con una sofisticada banda sonora que completa la mencionada ambientación. En las partes más intensas, es algo estridente.
Lake Bodom, en general, es un correcto slasher con giros que no son demasiado habituales en dicho estilo. Hay una pequeña cuestión en el desenlace que nos deja con ciertas dudas, pero no es nada que empañe los aspectos más correctos del film.