Uno de los lugares emblemáticos de la capital de España es una gran plaza que alberga la estatua del Descubridor que le da su nombre: la conocida Plaza de Colón. Hoy conocida internacionalmente por albergar el Centro Cultural de la Villa de Madrid “Fernán Gómez”, este punto álgido madrileño ofrece al visitante curioso una larga y e interesante historia. Hoy se lo contamos en detalle aquí, en el blog de Gretur Viajes.
La estatua de Colón.
Para encontrar el origen de la famosa Plaza de Colón debemos remontarnos al siglo XIX. El 22 de junio se promulgó una ley que disponía la construcción y colocación de una estatua a Cristóbal Colón en una zona privilegiada del Madrid de la época: el Paseo de Recoletos. La estatua debería ubicarse cerca de dos edificios clave de la vida cultural y comercial de la Villa: la Real Casa de la Moneda y la Biblioteca Nacional.
La Ley - firmada por la reina Isabel II y refrendada por el Ministro de Gobernación Cánovas del Castillo - asignaba la nada desdeñable cantidad de 800.000 reales iniciales para comenzar la proyecto. La misma Ley invitaba a todos los escultores nacionales y extranjeros a reproducir la obra que sería símbolo y testigo de la admiración del pueblo madrileño a la figura del gran Descubridor de América Cristóbal Colón.
Después de muchas deliberaciones, la figura de la estatua de Cristóbal Colón se encarga en 1881 al artista Jerónimo Suñol, un gran conocido de la Corte Madrileña. El escultor comienza su proyecto en sus talleres de Roma, a muchos kilómetros de la ciudad que albergará la famosa figura de 3 metros y 30 centímetros de altura construida en el más puro y caro mármol de Carrara. El proyecto aprobado contemplaba que la estatua se erigiera sobre una base de 17 metros de altura, pero ese trabajo se encarga a otro artista, Arturo Mélida quien se decide por el entonces de moda estilo neogótico isabelino para ensalzar la grandeza del Descubridor.
La construcción de la obra completa - estatua y peana - se alargaría durante cuatro años, hasta 1885. Su fastuosa inauguración estaba prevista para el 4 de enero de 1886, pero un hecho luctuoso que rompería el corazón de los madrileños postergó indefinidamente el acto: el fallecimiento del Rey Alfonso XII.
La fecha final de la inauguración de la estatua de Colón se ha perdido en el tiempo. El único dato fiable que han encontrado los historiadores es que el 12 de octubre de 1892, en el cuarto centenario del descubrimiento de América, una comisión hace entrega simbólica a la ciudad de la que sería protagonista central de la plaza que ocupa: la estatua de Cristóbal Colón.
El trazado de la plaza.
En su origen la Plaza de Colón era de forma ovalada, con la estatua de Colón en su mismo centro y varios edificios de rancio abolengo en su entorno como el Palacio de Medinaceli, los palacetes de D. Luis de Silva y Fernández de Córdoba o la casa en la que nacería Benito Pérez Galdós. Pero el tiempo fue pasando y los aires de modernidad que recorrerían la España de primeros del siglo XX exigieron un cambio radical en el trazado. Los vehículos a motor que comenzaban a llenar la capital madrileña y los nuevos gustos en ordenación y diseño urbanístico afectarían a la coqueta plaza hogar de la estatua del Descubridor. Había comenzado el proceso de reconstrucción de la famosa Plaza de Colón.
El Ayuntamiento de la Villa - emulando a sus antepasados - convocó un concurso de ideas para la creación del trazado de la nueva Plaza. Al concurso se presentaron más de 500 proyectos y al final se encargó al arquitecto que entonces ocupaba la plaza de Director del Departamento de Jardines y Estética Urbana: Don Manuel Herrero Palacios. Herrero de Palacios concibió las dimensiones y forma actual de uno de los puntos clave del corazón del Madrid del siglo XXI.
La Plaza y la Bandera.
En la Plaza de Colón, ondeando sobre los impresionantes Jardines del Descubrimiento, encontramos la bandera de España más grande del mundo (record Guinnes). El enorme estandarte mide 21 x 14 metros y fue izada por primera vez en octubre del año 2002.
Plaza de Colón, Madrid, España
Una vez al mes la bandera desciende para que el personal del Ayuntamiento de Madrid compruebe los daños que ha sufrido por efecto del viento y la exposición a la intemperie. Si la tela presenta suciedad o desgarrones, la bandera se sustituye por otra de iguales dimensiones y se lleva a los talleres de la empresa Sosa Díaz en Colmenar Viejo.
Una curiosidad: cada año se tiran dos o tres banderas de las que ondean en la Plaza de Colón, lo que implica una inversión económica que algunas facciones de la sociedad madrileña consideran desmesurado.
Hoy en día.
La Plaza de Colón está situada en el corazón del llamado Madrid de los Borbones. En esta plaza desembocan algunas de las vías más importantes del Madrid más castizo como el Paseo de la Castellana o las calles de Génova y Serrano. Al sur de la Plaza encontramos dos de los edificios imprescindibles de la vida cultural de la Villa, el Museo Arqueológico y la impresionante Biblioteca Nacional. Además del conocido Centro Cultural de la Villa, en la Plaza encontramos los Jardines del Descubrimiento y su impresionante conjunto arquitectónico. En 1977 el maestro Joaquín Vaquero Turcios haría entrega a la ciudad de la obra de arte que hoy admiramos: una impresionante reproducción de Colón erigida sobre cuatro enormes bloques de hormigón grabados con motivos de la historia del Descubrimiento.
Además de edificios históricos la actual Plaza de Colón se ha convertido en punto de encuentro de la noche gastronómica madrileña. Afamados restaurantes rodean la gran Plaza destacando, por su novedad y calidad, el multiespacio gastronómico Platea. 5800 metros cuadrados dedicados a difundir los trabajos de los más afamados chefs de nuestro país.
La Plaza de Colón, uno de los puntos históricos de la capital de España que no debemos dejar de disfrutar en nuestro próximo paseo por Madrid.