En consecuencia, tampoco hubiera buscado algo de información sobre la película, búsqueda que me llevó a leer comentarios generalizados realmente positivos que terminaron de despertar del todo mi curiosidad. Cosa de lo que me alegro mucho, de lo contrario, me habría perdido esta excelente película.
En dicha búsqueda, no indagué demasiado sobre el argumento y vuelvo a alegrarme profundamente, pues la sinopsis ‘completa’ que, por suerte, he leído después de ver el film.
En ella se revela el motivo por el que Joy y Jack, madre e hijo, viven en Habitación (no lo he dicho mal). Lo digo sin el artículo ‘La’ delante del nombre, tal como la llaman ambos protagonistas.
Aun siendo consciente de que resto el punto de reclamo principal que pueda tener para cualquier aficionado al género, pues esto es un drama. Voy a recortar la sinopsis en favor de la historia y de aumentar las emociones que pueda transmitirnos el film.
Sólo espero que mi encarecida recomendación compense dicho recorte y sea suficiente para que sintáis el interés o curiosidad que yo sentí.
Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick. Sin embargo, la curiosidad de Jack va en aumento, a la par que la desesperación de su madre, que sabe que la habitación no podrá contener ambas cosas por mucho más tiempo.
De hecho, cuando fui a verla, no sabía si la película tomaría el camino de la fantasía o el de la cruda y aplastante realidad. En otra tesitura, el factor sorpresa y el gran calado emocional que nos transmite llegado el momento álgido, quizás, sería menor. En el peor de los casos, si ya has leído o te han contado el motivo, la película sigue siendo igual de buena, así que no te la pierdas.
La Habitación está dirigida por el irlandés Lenny Abrahamson, realizador desconocido por un servidor, pero al que tendré en cuenta después de este excelente película basada en el guión de la novela de Emma Donoghue, de mismo título.
La novelista ha ejercido como guionista en la película, desempeño por el que ha sido nominada en la categoría de mejor guión adaptado en la gala de los Oscars 2016.
Además de la mencionadas categorías a mejor actriz y mejor guión adaptado, el film también ha tocado las nominaciones como mejor película y mejor director. Pero en una gala de los Oscars muy reñida y repartida como ha sido la de este año 2016, de las cuatro nominaciones, finalmente, solo la actriz Brie Larson pudo posar con su estatuilla delante de las cámaras.
El film, es un drama de aúpa, pero con un toque, oscuro, perverso, siniestro y opresivo en su primer mitad, que la hace excelentemente perturbadora y que afectan de una manera inimaginable en su segunda mitad a los personajes. Algo que me encanta que esté presente en un drama, y que para mí hace muy especial La habitación.
En su segunda mitad se da paso a un desenlace más melodramático pero sin caer en la profunda tristeza, siempre se mantiene una mezcolanza entre la alegría y la tristeza muy equilibrada.
Salvando cualquier parecido argumental o de puesta en escena, un claro ejemplo, sería El intercambio de Clint Eastwood, un drama que se acerca al thriller o, incluso, al terror. Porque si lo pensamos bien, es mucho más aterrador que cualquier película paranormal de género.
Además su excelente y asombrosa capacidad para emocionar sin caer en la ñoñería y tontuna sentimental tan característica del drama, tocará las emociones del espectador más insensible con los estrechos lazos que mantienen madre e hijo en un habitáculo tan precario.
Todo gira en torno al motivo de ese pequeño espacio de convivencia, que sin llegar a ser vital desconocer, puede afectar negativamente en nuestras sensaciones durante el resto de la película y la valoración final.
La habitación es un film de gran calado emocional que aborda cuestiones morales más allá de la lógica y razonamiento humano, pues lo hace desde el amor incondicional. El ser humano se relaciona desde que nace hasta que muere, y más allá de cualquier relación biológica, estrecha lazos afectivos con la gente que más relación tiene.
La actriz y cantante Brie Larson (Scott Pilgrim) hace un papelón, aunque las reacciones de su personaje y la forma de educar a su hijo, nos resultan de lo más extrañas en los primeros pasos del film si desconocemos el motivo por el que conviven en un espacio tan pequeño. Algo que va ganando consistencia y lógica cuando se revela dicho motivo.
Pero no menos reconocimientos se merece el actor Jacob Tremblay, que a pesar de tener 9 en la vida real, interpreta con gran solvencia y credibilidad su personaje. El de un niño de cinco años que vive y afronta con gran imaginación la extraña situación.
En ciertos momentos, me recordó a la película Donde viven los monstruos. Pues al igual que Max en aquella obra dirigida por Spike Jonze escapaba de la realidad en un mundo imaginario, Jack hace lo mismo a su manera, pero su curiosidad es superior y despierta a los verdaderos ‘monstruos’.
Una película ingeniosa a pesar de deslizarse entre varios tópicos del drama y el thriller, aunque lo hace en una combinación muy gloriosa. Muy recomendable