Desde hace miles de años, los orientales han practicado esta forma de medicina natural. Ya los egipcios y chinos, utilizaban la reflexología como disciplina, dando inicio a la naciente ciencia médica, y han transmitido su legado a través de pinturas y grabados.
Las experiencias recabadas y transmitidas a través de generaciones, fueron poco a poco dando como resultado la localización de puntos muy específicos en los que se podía estimular el funcionamiento de algunos órganos, glándulas y partes del cuerpo.
Con el devenir del tiempo, ese conocimiento fue ampliándose en tal medida, que se dio lugar al desarrollo de nuevas técnicas curativas como la acupuntura -por ejemplo-, y que tuvieron su origen en la primera etapa del desarrollo histórico de la reflexología.
Papiros en muy buen estado de conservación, muestran como entre los egipcios, era muy común la práctica de reflexología podálica (en los pies) así como la aplicación de la reflexología a las palmas de las manos.
Por ejemplo en la mastaba de Ankmahor en Sakkarah, Egipto, se encontró una pintura que data del año 2330 a.C. En la misma se representan unos hombres masajeando pies y manos a otros, leyéndose en los jeroglíficos se pudo conocer frases como "No me hagas sufrir" y "Agradecerás mis acciones".
En América, se sabe que los curanderos de algunas tribus de aborígenes, también practicaban este tipo de masajes.
El nexo común entre las doctrinas antiguas y las teorías modernas, es que hay zonas de energía en el pie, las cuales corresponden a la mayoría de órganos, glándulas, funciones y zonas anatómicas del cuerpo humano.
El origen histórico del masaje zonal específico, se remonta probablemente a la época de Hipócrates, padre de la medicina occidental, quien vivió en el siglo V y fue ferviente defensor del masaje en general.
No obstante, no faltan tampoco ejemplos más cercanos a nosotros, de hombres ilustres que han practicado con muy buenos resultados el masaje zonal. Entre ellos podemos destacar a Benvenuto Cellini, quien combatía los dolores, imprimiendo una fuerte presión sobre los dedos de las manos y pies.
A principios del siglo XX, llega a occidente de la mano del doctor norteamericano William Fitzgerald, quien las empezó a aplicar con el nombre de Zone Therapy o Terapia Zonal.
Casi simultáneamente, en la ciudad de Nueva York, otros dos pioneros de la reflexología moderna en Norteamérica, los doctores Edwin Bowers y George Starr White, desarrollaron y aplicaron las técnicas de reflexología en su labor diaria, lo que les valió el rechazo de la comunidad médica de aquel entonces.
Años mas tarde, el Doctor Riley desarrolló sus teorías con la ayuda de su colaboradora Eunice Ingham, quien escribió varios libros como "Stories the feet can tell" (historias que los pies pueden decir), donde dio a conocer todos sus hallazgos y avances en esta ciencia alternativa. Hanne Marquardt, su discípula, continúa su legado en la actualidad en Europa.
En algunos países como Dinamarca, Inglaterra o China, la reflexología ha sido integrada a programas nacionales de salud. La mayoría de los estudios científicos disponibles en la actualidad, vienen de estos países. Sin embargo esta técnica ha sido utilizada en muchos países alrededor del mundo, en asociaciones colegiadas, organizaciones e instituciones de enseñanza, donde promueven, enseñan y practican la reflexología, como una verdadera ciencia al servicio de la salud.
Teoría del doctor William Fitzgerald (1872-1942)
Según el doctor Fitzgerald, el cuerpo humano se halla atravesado en sentido longitudinal, por diez meridianos, que lo dividen en diez zonas. Estos meridianos, llamados "canales de energía", se extienden a lo largo de la superficie del cuerpo y terminan en las manos y en los pies. Cada una de las zonas en las que está dividido el cuerpo, está ocupada por determinados órganos, cuyo "reflejo" se encuentra en áreas perfectamente definidas de los pies y de las manos.
A través de los citados canales de energía, fluye la energía vital de las personas y, cuando se experimenta dolor en alguna parte del cuerpo, puede aliviarse al dar un tipo específico de masaje que ayuda a conectar cada órgano y cada glándula con su punto final o punto de presión en los pies, las manos, el rostro u otra parte del cuerpo.
Sobre esta teoría, se han producido numerosas variantes, sobre todo en lo referente a la técnica de masaje de las distintas zonas de los pies o de las manos, que no tienen una indicación concreta, pudiendo cada uno seguir sus propias directrices.