Nos alojamos en un hotel muy mono situado en la famosa ciudad de los antiguos almacenes del puerto, Speicherstadt en alemán (foto 3 y 5). Si os interesa, se llama Sir Nikolai Hotel (foto 2) y podéis reservarlo aquí o simplemente cotillearlo. Además de que la habitación es muy funcional y está decorada con muy buen gusto, el desayuno es buenísimo (y encima con huevos estilo benedictino incluidos). Nada más dejar el equipaje, fuimos a disfrutar de una buena sopa de pescado (Fischsuppe, en alemán) en un local de lo más famoso entre los hamburgueses (foto 4). Se llama Fleetschlösschen by Daniel Wischer (Brooktorkai 17) y está situado en una casita de ladrillo muy pequeña justo a orillas del río. Se trataba de una antigua aduana y como nos gustó mucho, repetimos la experiencia casi a diario porque nos pillaba muy a mano. También probamos otras especialidades de la ciudad, como el arenque con ensalada y patatas (en alemán, Matjes „HausFrauenart“mit Bratkartoffeln) o el pescado empanado con salsa de mostaza (en alemán, Hamburger Pannfisch).
Otro lugar que me encantó, fue la Filarmónica de la ciudad. Más conocida como Elbphilharmonie, es un lugar que no os puedo recomendar más. La entrada es gratuita, pero la tienes que recoger en taquilla antes de entrar. Tanto su interior como las vistas que hay desde su mirador sobre toda la ciudad, ¡son lo más! Su fachada es de lo más impresionante porque al ser como de espejo, en ella se refleja el mar. Además de eso, su techo tiene como tres olas que me recuerdan al oleaje que hay durante las tormentas (búscala en la foto 7). Y como en esta época por allí hace bastante frío, os recomiendo entrar un poco en calor mientras tomáis un rico café en la cafetería Genuss Speicher (St. Annenufer 2). Se encuentra en la planta baja del museo del café de la ciudad, más concretamente en lo que era un antiguo almacén. Así que como os imaginaréis el café allí sabe muy bien. ¡Ah! Y no os olvidéis de acompañarlo con el dulce más típico de Hamburgo. Se llama Franzbrötchen y es perfecto para tí, si te gusta la canela (foto 6).
Tiempo para visitar un museo de arte también tuve, con la suerte de que en la galería Bucerius Kunst Forum (Alter Wall 12, precio 9€) había una exposición de arte moderno americano. Creo que nada más leáis su nombre, os quedará bastante claro lo que por allí me he encontrado: Amerika! Disney, Rockwell, Pollock, Warhol. Si tenéis oportunidad, os recomiendo visitarla (foto 10). Pero no os lo penséis mucho porque tan solo está disponible hasta el doce de enero del 2020. Pero sin duda alguna, con lo que más disfruté fue con un musical. Para los que no lo sepáis, Hamburgo es conocida por ser la ciudad de los musicales, de ahí que haya una gran oferta. Nosotros disfrutamos del Rey León, en alemán Der König der Löwen. Me pareció muy curioso que todos los teatros de los musicales, estuvieran situados en una isla a la que se accede en barcos. Son totalmente gratuitos y se encuentran en el muelle Landungsbrücken 1. Si os interesa, aquí podéis informaros sobre los musicales que actualmente están disponibles. Y tanto el teatro como el barco, podéis encontrarlos en color amarillo en las fotos de abajo (fotos 8 y 9).
Otro planazo con los que disfruté bastante, fue visitando el museo marítimo. En alemán, es conocido como Internationales Maritimes Museum (Koreastraße 1, entrada 13€). Lo que lo hace especial, es que tiene la mayor colección privada de tesoros marítimos del mundo (foto 11). Por allí puedes encontrar maquetas de todo tipo de barcos o de puertos y hasta antiguos uniformes marineros. Tened en cuenta que aunque lo queráis ver por alto, os va a llevar un par de horas recorrerlo porque es tremendo. Y hablando de barcos, no os podeís ir de Hamburgo sin subiros a un auténtico carguero. Estoy hablando del barco Cap San Diego (fotos 12 y 13), situado en el puerto junto al puente Überseebrücke. Aunque podría estar perfectamente en uso, se encuentra anclado y convertido en un museo. Tras pagar una entrada de 7€, podréis subiros a él y descubrir libremente cada uno de sus recovecos. Me impresionaron especialmente, la sala de máquinas y las claustrofóbicas bodegas de carga. ¡Una auténtica gozada!
Y no se me ocurre mejor manera de despedirme de esta ciudad tan marinera que comiendo alguna especialidad local en el restaurante alemán Restaurant Schoppenhauer (Reimerstwiete 20). Suele abrir al medio día y está situado en una casa tradicional de lo más adorable. La comida es original y el servicio es encantador, de ahí que os lo recomiende un montón. ¡Y con este buen sabor de boca, finaliza mi guía personal para disfrutar a tope de Hamburgo! La verdad es que me quedaron un montón de planes pendientes. Una razón más para pasarme de nuevo, cuando llegue el buen tiempo.
No olvides que puedes consultar esta guía al detalle y en movimiento, en las stories destacadas de mi perfil de Instagram. ¡Estoy segura de que te va a encantar! ¿Qué me decís? ¿Ya conocéis Hamburgo? Si es así, ¿coincidimos en algún descubrimiento? ¿Qué es lo que más os gusta de esta ciudad? ¿Añadiríais algo más a mi guía personal?
¡Espero impaciente vuestros comentarios! Y como siempre os espero en Twitter y Instagram, donde comparto mi día a día y un montón de recomendaciones más. Y si te gustan tanto mis looks como mi estilo decorativo, pásate por mi perfil de 21 Buttons desde donde los podrás comprar.