Si hay una ciudad en nuestro país vecino que quiero y odio a partes iguales esa es Lyon. Se trata de la tercera ciudad más grande de Francia y, en mi opinión, está también entre las tres más bonitas (puesto de privilegio que, lógicamente, ocupa París). La belleza de esta ciudad es increíble, ya que cuenta con numerosos lugares que visitar.
Sin duda, el lugar más emblemático y, en mi opinión, el más espectacular, es la Basílica de Notre Dame de Foruviére. Eso sí, antes de visitarlo, aliméntate bien y coge fuerzas puesto que está situado en la parte más alta del casco histórico de la ciudad. Es decir, te espera un camino muy largo hasta llegar a este lugar que tus ojos agradecerán haber visitado puesto que es increíble. Más allá de su bella fachada y su buena conservación, lo más destacado son sus vistas. Desde la parte más alta de la Basílica podemos observar toda la ciudad, obteniendo una panorámica de bella factura. Sientes como tienes la ciudad a tus pies.
Muy cerca de este lugar, y en el mismo barrio, se encuentra el Teatro Romano. Quizás no tenga tanta historia como los de otras ciudades europeas, como puede ser el de Mérida, en España, pero está muy bien conservado. Visitarlo es como sentirnos auténticos gladiadores de la época romana.
Como hemos afirmado, están situados ambos monumentos en el Casco Histórico. Y es que es esta zona una de las más destacadas de la ciudad. Dentro de él, lo más destacado es el reconocido como Patrimonio de la Humanidad, "vieux Lyon". Se trata de un barrio medieval en el que encontramos lugares tan curiosos como Las Traboules. Para quienes no sepa que son, hablamos de unos edificios conectados entre sí y a los que puedes pasar sin necesidad de salir a la calle. Eso sí, no desesperéis en vuestra búsqueda. La mayoría de ellos ya no están abiertos y suele costar encontrarlos, pero la gente de Lyon suele ayudar a los turistas a encontrarlos. Así que pregunten, ya que se trata de una de las maravillas de la ciudad.
Es costumbre que en todos los lugares que visitamos destaquemos al Ayuntamiento. En este caso, ocurre lo mismo, aunque más que destacar el edificio consistorial, cabe destacar el enclave en el que se encuentra. Y es que está situado en la Plaza Bellecour, uno de los lugares que más turistas recibe de todo el país. Más allá de su belleza, por lo que más destaca esta plaza es por ser la más grande del continente europeo. De esta enorme y bella plaza sale también la conocida Rue de la Republique, la calla más ancha de la ciudad y en la que se encuentran las grandes empresas de Lyon.
Son las calles de la ciudad francesa otro de sus grandes atractivos por otro asunto. Cuando menos lo esperas puedes encontrarte arte. La razón no es otra que gran parte de los muros de la ciudad están pintados por grandes artistas franceses. Cuando menos te lo esperas te aparece una obra de arte por alguno de esos muros. Por ello es necesario que tengas mil ojos para no perderte ninguna de ellas.
Otro de los grandes atractivos de la ciudad es la presencia del río Ródano. Es habitual ver a parejas de turistas paseando por sus orillas. Ya sabemos que la ciudad del amor es París, pero a las orillas del Ródano se puede respirar mucho amor. Es uno de los lugares que los habitantes de la ciudad suelen elegir también para sus momentos de relajación, leer, pasear?
Y de la relajación que nos otorga el río Ródano podemos pasar a hacer un turismo más activo gracias a la colina La Croix-Rousse. Destaca más que por su presente por su pasado. Fue el centro neurálgico de la fabricación de seda en toda Francia. Aún se conservan algunas fábricas antiguas que nos muestran el enorme pasado que se cierne sobre este barrio alto lionés.
Sin duda, una ciudad especial de visitar pero que podemos hacerlo también en un momento más especial aún. Y es que todos los años la ciudad celebra el llamado "Fête des Lumièrs". Durante cuatro días, siendo el más importante el 8 de diciembre, los monumentos de la ciudad se iluminan con un gran espectáculo de luz y sonido que nos muestra la historia de Lyon con un gran hincapié en el siglo XIX.
Para finalizar, ya que estamos en Lyon debemos probar su rica gastronomía. Uno de los sobrenombres que recibe la ciudad es el de "capital mundial de la gastronomía", especialmente, por la rica salsa lionesa. A esto hay que añadir platos tan ricos como la sopa de cebolla, los quenelles, que son una especie de croqueta de carne o pescado en salsa, o el andouillete, unas salchichas típicas francesas elaboradas con el intestino y el estómago del cerdo.
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