No es raro que cada cierto tiempo, un grupo de jóvenes ilustradores e ilustradoras empiece a resaltar por su trabajo, creatividad y estilos, y muchos de ellos renuevan el dibujo de un país, dándole nuevos colores, formas y temáticas. Dentro de este actual grupo se encuentra Emmanuel Morales, conocido como Güerogüero, mexicano originario de Querétaro, quien a los 8 años tomó un curso de dibujo para desde ese momento, no dejar de hacer lo que más le apasiona.
Con estudios en Artes Visuales, experiencia dentro de la ilustración, animación y diseño, se define a sí mismo como "professional doodler", y ha desarrollado un estilo gráfico muy peculiar que parece darle un camino largo y próspero, por ello, conversamos con él sobre sus primeros dibujos, influencias, colores y crayones.
¿A qué edad empezaste a dibujar y qué dibujabas? ¿Qué fue lo que te llamó de la ilustración?
Empecé a dibujar de niño, como todos. Recuerdo que en la primaria dibujaba super héroes que inventaba, nunca me gustó copiarlos, después durante la secundaria y la prepa le entré obsesivamente al rock y aprendí a tocar la guitarra, por lo que mis dibujos se volvieron músicos, acompañados de frases de canciones, horribles símbolos de Peace & Love y cosas por el estilo.
Creo que uno de los primeros acercamientos que tuve con la ilustración tal cual, fue cuando descubrí el trabajo del Dr. Alderete, estaba en los discos de casi todas las bandas mexicanas que oía en esa época. Antes desconocía de eso, no creía que hubiera personas que vivieran de dibujar, y en la universidad empecé a experimentar con la ilustración digital desde los primeros semestres, me propuse ser uno de esos sujetos.
¿Quiénes y cuáles son tus mayores influencias?
Caricaturas noventeras como El Laboratorio de Dexter, Vaca y Pollito, Doug, Daria, Beavis & Butt-head, Los Simpsons, Kablam!, Hey Arnold!, Ren & Stimpy, etc. También muchos artistas, por supuesto Brendan Monroe, Robert Crumb, Keith Haring, Abel Quezada, Eduardo del Río "Rius", Sergio Aragonés, Matt Groening, Don Martin. Y algunas publicaciones como MAD o la ya legendaria Revista Gorila, que nos enseñó casi todo a muchos weirdos de mi generación.
Tienes una estética muy particular, como si viéramos los dibujos de la infancia de Basquiat o Picasso, combinados, precisamente, con los 90 y el humor de Rius, ¿Cómo fue el proceso que te llevó a encontrar este estilo?
Pienso que es un proceso que todavía no acaba, con cada dibujo nuevo que hago sigue mutando. Hace algunos años alguien me preguntaba lo mismo, si vemos lo que dibujaba en ese entonces, no se parece a lo último que hice en mi libreta. Alguna vez leí o escuché que el estilo no es más que el resultado de las limitantes técnicas de cada artista o ilustrador, y creo que es cierto, lo interesante es tratar de estirar esas limitantes para ver hasta donde llegan o si de tanto estirar se truenan. Es lo que intento.
¿Y de dónde surge toda esa inspiración para dibujar, tus colores y esa forma tan directa de dar un mensaje?
La inspiración está en lo cotidiano, en alguna frase que escucho en la calle, en cierta escena de alguna película, en los letreros escritos con faltas de ortografía sobre una cartulina fosforescente, en alguna canción. Sobre los mensajes, creo que simplemente no tengo filtros o autocensura, si algo me parece gracioso, interesante o que puede funcionar sólo lo dibujo y ya.
Realizas tanto dibujo abstracto como ilustración más figurativa, incluso intervención a fotografías, gifs y cómics, ¿cómo decides la forma o medio que le dará vida a tus distintas ideas?
Creo que la mayoría de las veces la idea te indica cuál es el medio adecuado. Si se me ocurre un gag o una broma seguramente será un comic o viñeta, si lo que tengo en mente es alguna frase corta, probablemente la acompañé de un dibujo que la ilustre. Las pocas fotos que he intervenido es porque al tomarlas por la calle o al encontrarlas supe inmediatamente lo que dibujaría sobre ellas. En el caso de los dibujos más abstractos, me gusta verlos como ejercicios para encontrar nuevas formas y trazos que integro a lo demás, o simplemente como una manera de dibujar sin pensar mucho en el resultado final.
Siendo más específico respecto al dibujo, lo haces tanto en digital como con lápiz y papel, ¿cuáles son los pros y contras que encuentras trabajando en ambos?
Pros de digital: los archivos pueden ser fácilmente reproducidos, prueba y error, existe el ctrl+z.
Contras de digital: necesitas una computadora, software, Wacom o iPad Pro.
Pros de tradicional: necesitas lo básico, un lápiz y papel.
Contras de tradicional: no existe el ctrl+z y es más tardado que en digital.
Personalmente me gustan las texturas que genera el trazo de una crayola o un lápiz de color, por lo que últimamente he encontrado interesante trazar con ellos, escanear y meter color rápidamente o algunas texturas extra con Photoshop. Lo mejor de dos mundos.
¿Hay algo, algún elemento, que siempre busques destacar en tus piezas?
La simpleza del trazo, y que la idea o la ilustración se vean naturales.
¿Cuál sería la colaboración de tus sueños? Ya sea con otro artista o alguna empresa.
Brendan Monroe o Jon Burgerman.
Hablando del entorno donde convivimos, ¿cuál es o ha sido la mayor limitante que has encontrado en la industria creativa mexicana?
Creo que un gran problema es que todo esté tan centralizado en la CDMX. Hay esfuerzos y proyectos muy importantes e interesantes en otras ciudades del país que a veces pasan desapercibidos por no suceder en la Roma y sus alrededores. Seguir trabajando desde otro punto es una manera de resistir, de comprobar que no necesitas gastar todo tu sueldo en una renta o darle tu vida y tiempo a una agencia para poder vivir de esto. ¿Cuál fue la última canción que escuchaste, la última película o serie que viste, y el último libro que leíste?
Canción: "Marylin" de Mount Kimbie.
Película: Roma.
Serie: Mad Men, ya casi la acabo.
Libro: La Efeba Salvaje de Carlos Velázquez.
Y para terminar, eres una nueva adición a una caja de crayones, ¿de qué color serías y qué nombre tendrías?
Morado, es el que siempre se me acaba primero, el nombre lo dejo a la imaginación de quien lo use. Güerogüero.