Un equipo de arqueólogos procedentes de España realizó recientemente el hallazgo del sarcófago y la momia correspondiente a una cantora-sacerdotisa del dios Amón. El descubrimiento fue llevado a cabo en el área que lleva el nombre de Al Asasif, en Luxor, la ciudad levantada sobre los vestigios de Tebas, capital y emblema del Imperio Nuevo en el Antiguo Egipto, y emplazada en la margen oriental del Río Nilo.
Según los expertos, el sarcófago en cuestión tiene alrededor de 3 mil años de antigüedad y se trata de un objeto sumamente especial, el cual cuenta con inscripciones preciosas alusivas a la mencionada cantora-sacerdotisa, asociada con dinastías faraónicas como la XX (1190 a 1070 antes de Cristo) y la XXI (1070 a 945 a.C.). Paralelamente, la importancia de lo encontrado se remite a que no es habitual hallar momias dentro de los féretros, generalmente víctimas de los saqueos en algún tiempo pasado.
Fabricado en yeso y madera, el ataúd mide 180 centímetros de largo, 50 de ancho y 48 de alto. Desde el punto de vista artístico, los laterales del sarcófago están grabados con diversos jeroglíficos e imágenes que representan a Anubis, dios funerario del Antiguo Egipto; los Hijos de Horus (dios celeste en la mitología egipcia); Osiris, dios de la resurrección; e Isis, Reina de los Dioses.
Por su parte, la momia, que presenta muy buenas condiciones de conservación, aparece con los brazos cruzados, una cabellera postiza que a su vez porta una corona de flores y un collar. En cuanto a los rasgos y a la fisonomía del rostro, éste exhibe un esculpido de gran calidad, prácticamente perfecto.
Los especialistas aseguran que el estudio de lo hallado servirá para obtener nuevos datos e informaciones en torno a la necrópolis, ya que anteriormente se han descubierto muy pocos sarcófagos de las dinastías citadas más arriba. Del mismo modo, se espera conocer el estatus social de la sacerdotisa, así como los ideales y las doctrinas de la época en materia de religión.
En el anuncio del descubrimiento, el Ministerio de Antigüedades de Egipto lo relacionó con el Tercer Período Intermedio, que aconteció entre 1070 y 650 a.C. Ahora llega el momento de la limpieza y la restauración adecuadas a las que serán sometidos fundamentalmente los grabados del ataúd, en lo que establece una nueva buena noticia para la inagotable riqueza de este país de África del Norte.