Aunque, el gran público es más probable que recuerde a Verhoeven por Instinto básico, gracias al famoso cruce de piernas de Sharon Stone, que ya había trabajado con él en Desafío total.
Verhoeven se ha convertido en un realizador al que es bastante fácil perderle la pista y olvidarse bastante de él. En los los últimos dieciséis años, contando la presente obra, solamente ha dirigido tres películas y el mediometraje Steekspel, el cual no he visto.
Según declaraciones propias, ya no dirige grandes producciones porque no encuentra nada interesante en los guiones que le proponen desde Estados Unidos. A sus 77 años y después de una década sin presentar un largo, El libro negro (2006) fue realmente la última vez que oímos hablar de él.
Regresa con bastante fuerza para presentar, Elle, su más reciente película. Tras su paso por Cannes y revolucionar al público, siendo nominada a La Palma de Oro, se ha estrenado en las carteleras de nuestro país este fin de semana.
Michèle, exitosa ejecutiva de una empresa de videojuegos, busca venganza tras ser asaltada de forma violenta en su propia casa por un intruso.
La línea argumental que se describe arriba es la escena principal con la que el film abre duramente su exposición, pero la trama no es para nada convencional, ni previsible. Se sale de lo común, las reacciones y comportamiento de los personajes son como poco para dejar ‘ojiplático’ al espectador.
Elle se basa en la novela del escritor francés, Philippe Djian con guión adaptado por David Birke (Gacy, El Payaso Asesino) que da lugar a una película de esencias muy clásicas y mucho más estilizada que los anteriores trabajos de Verhoeven, pero sin perder el tono provocativo que le ha caracterizado a lo largo de su carrera como director.
Con una factura técnica casi impecable, incluida la puesta en escena, el holandés adopta el estilo visual y toma prestadas las ‘formas’ que ha utilizado Michael Haneke en sus últimos trabajos; Amour y La cinta blanca. Por lo menos, a mí me ha recordado bastante al realizador austríaco.
Elle combina el drama la comedia y la intriga, y nos conduce por una galería de arte plagada de miserias, perversiones, depravación, envidias y la falta de cordura humana que suele haber entre la clase media alta de la sociedad. En ocasiones, mucho más que entre la baja sociedad. Debe ser que el dinero ‘agilipolla’.
En cuanto a la temática, Secretary o Crash (la de Cronenberg) entran fácilmente en el mismo saco que Elle. Pero si hay una clara referencia en la película del director holandés, es La pianista, también de Michael Haneke.
Con las referencias que he mencionado, no parece una simple casualidad que Isabelle Huppert, sea la protagonista del film. La actriz trabajó para Haneke en Amour en el papel de hija, y como protagonista en La pianista. No hace falta decir que ésta borda su papel. No imagino a nadie que pudiese representar mejor un papel de esta categoría.
El resto del reparto es muy coral y bastante correctos todos ellos. De todas formas, al único que reconozco es al actor Christian Berkel (El experimento). Pero no hay ninguno que necesite destacar especialmente, todos cumplen su cometido correctamente.
Por supuesto, Elle no llega al mismo nivel de demencia, obsesión y brutalidad visual que posee La pianista, ni lo pretende. Pero que Verhoeven mantiene un tono oscuro bajo esa impoluta superficie de fotografía muy conseguida y estilista puesta en escena, tomando prestadas las mismas formas que ha utilizado Haneke con anterioridad, es una realidad.
A pesar de los ‘excesos’ cometidos por sus protagonistas, el film desprende una esencia muy natural. Verhoeven nos planta una historia bastante convencional en la superficie, de manera similar a lo que hizo David Cronenberg en Maps To The Stars, nos muestra las miserias de la alta sociedad pero con un tono algo menos cómico que la película de Cronenberg.
Elle es una película no apta para todos los paladares que puede exasperar al menos paciente. Es una película lenta que va desvelando sus oscuros secretos paulatinamente. Secretos que se pueden intuir pero no se saben a ciencia cierta hasta el momento en que la historia lo revela.
Personalmente, me ha gustado bastante, aunque como punto negativo, creo que incide sobre una misma idea durante demasiado tiempo, como espectadores llega un punto que conocemos las disfunciones morales de cada personaje que nos repiten una y otra vez. Creo que con veinte minutos menos habría sido mucho mejor película de lo que es.